Eres muy libre de dar tu interpretación -que no razones-...

La fe es la negación de la razón

Sorete. No estoy de acuerdo. La iglesia permite que el hombre razone, sólo cuando la razón no llega a comprender ciertos temas, la fe se abre paso. Ya no podemos remontarnos a tiempos pasados. Y pongo el ejemplo de Galileo, que aun teniendo razón la iglesia no cedió. En la actualidad la fe y la razón discuten, pero la fe no es la negación de la razón.

Un saludo.

Eres muy libre de dar tu interpretación -que no razones- sobre lo que expones.

1º.- En las culturas primitivas NO se adoraba un Dios, si no los efectos de la naturaleza, a los que el hombre no dominaba.

Cuando se decidió a divinizar un ser, lo hizo originalmente con la Diosa dadora de vida. Fue muy posterior la adoración de la figura masculina, cuando la fuerza bruta sustituyó el amor generoso de la Madre. Se utilizó y se utiliza a la deidad de turno, para dominar al hombre y este, por miedo, aceptó sumiso la devoción, aunque está demostrado que muchos, solo externamente, por miedo a las represalias del clero dominante.

2º.- La complejidad del universo tiene explicaciones diversas, en las que el ser humano trabaja, para llegar al Conocimiento.

3º.- ¿No puede ser lo que tu llamas Dios una de esas formas de azar de las que reniegas?

4º.- El ser humano tiene una serie de características, entre las que se encuentra la CONCIENCIA, a diferéncia de otros animales. Ella discrimina lo que es beneficioso y perjudicial para la especie y nos avisa sobre ello.

5º.- La Biblia no es un escrito de aceptación universal. El que ella diga de si misma que es la palabra de Dios, no es prueba de que así sea, aunque cada uno es libre de creer lo que le parezca cierto.

6º.- La Biblia dice que "Jesús dijo", por lo que es de aplicación lo que manifiesto en el punto 5º.

Saludosssss
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
SORETE. ¿Y qué razones da usted que no sepamos? Ninguna nueva. " Nihil nóvum sub sole".

Me remito a Santo Tomás de Aquino. En la obra de Santo Tomás no existe contradicción o incompatibilidad entre FE Y RAZÓN. Esta última puede funcionar con plena libertad, sin temor a encontrar en el mundo nada que sea opuesto a la FE, siempre que la RAZÓN proceda rectamente, es decir, según los fundamentos del cristianismo. Sin embargo, la razón choca en ocasiones con verdades de la FE que le son absolutamente ... (ver texto completo)