ROMANCE

Silbaba el viento en la tarde,
el vespertino lucero
aparece entre las nubes
y comienzo a sentir miedo.

Miedo de la ambigüedad
que se esconde tras "los peros",
miedo del silencio inútil,
miedo del futuro ciego.

No me consuela la luz
de amanecer, con el velo
de claridad protectora
que promete un mundo nuevo.

Sólo consuelo en tus ojos
hallo cuando me despierto:
Cuando me miran, me arropan,
cuando me hablan del deseo.

Entonces ya siento paz,
entonces no tengo miedo
y no temo el renacer
del matutino lucero.

Noemí