Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños,
y yo he crecido a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame por piedad;
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar.
A todos mis compañeros y
amigos de este espacio, felices
Reyes Magos y que nunca perdamos esa parte infantil de inocencia.