Y es un fragmento, es decir, versos y versos formando...

¿Quién no se acuerda de las luminarias?


En las noches con cielo de carmín,
resultaba muy grato trasnochar,
participando alrededor del fuego;
absortos los chiquillos en el juego,
conversando los mayores sin fin,
con el alma y el cuerpo distendidos.

¡Como añoro esas noches!

Y luego, cuando el fuego refulgente
daba paso a la brasa incandescente,
y el ambiente tornaba a ser tranquilo,
gustábamos de asar aquella crilla,
que no regábamos con un Montilla,
pero sí con vino de los Canales,
que a Siles lo traían a raudales,
sirviendo los comercios de la villa.


¿Cómo empezaba todo?


Los actos por la tarde comenzaban
cuando chicos y grandes se marchaban
-teníamos vacaciones los chiquillos,
porque si no haríamos “novillos”,
de modo que los maestros aceptaban-.

Que la gente marchaba, os decía,
a la montaña en busca de romeros,
y en el monte, amigos y compañeros
se esforzaban en preparar su haz,
con diligencia y camaradería.

Haz a cuestas, antes de anochecer
volvíamos el camino a recorrer,
y claro, por la noche en luminaria,
ritual por San Antón o Candelaria,
los romeros veníamos a ofrecer.


Noches de magia aquellas, deliciosas,
con calles perfumadas
del envolvente aroma del romero,
tan agradable como el de las rosas.

Plazalagua.

Para que mi colaborción no falte, os pongo hoy un fragmento del pregón de la fiestas de Siles, del año 2014, que pronuncié en forma de silva. Este fragmento se refiere a las "luminarias"; lumbres que, muy numerosas, se encendían en las calles de mi pueblo, en mis años jóvenes, las noches de Sa Blas, San Antón, la Candelaria..., y que el progreso (la pavimentación), hizo desaparecer.

Y es un fragmento, es decir, versos y versos formando silvas.

Me imagino que hablarías de más tradiciones del pueblo. Un gran trabajo, Plazalagua.

Feliz retiro, manque nos duela tu ausencia.