¡Magnífico!...

     Yo siempre dije que había nacido pronto
-mi primo Jose piensa como yo-,
y hoy con mis años, sigo pensando igual.

   Preparaba mi madre la ropa y el equipo
que a Linares me habría yo de llevar, 
cuando llegó el frenazo de aquella enfermedad
-la del desarrollo la llamaban-,
y el viaje y mis estudios se frustraron.
Se arrancaron de cuajo las alas de mi mente.

   Cuando años después quedé curado, 
eras un bicho raro 
si rodeado de chavales estudiabas.
Con el tiempo llegó la promoción de adultos, 
pero ya mi vida seguía otros derroteros.

    Para entonces, aquellas alas 
que me inculcó mi tan querido Maestro don José,
habían vuelto a brotar,
y, convertido yo en mi profesor, 
con el impulso de sabias y valiosas obras,
comencé a volar en viaje que
dejó en mi mente mil conocimientos.

Ese viaje ha llegado a nuestros días.

Plazalagua.

(Seguimos estudiando y emulando a Begoña Abad. Me gusta esta poetisa.)

¡Magnífico!
Me has dado una idea, yo también con nueve años sufrí una enfermedad, por aquel tiempo mi hermana hizo su primera comunión y yo sólo pensaba en las inyecciones que mi padre traía de Zamora y me las ponía; por aquel tiempo el pueblo se quedó sin médico.
Un abrazo.