Las aguas de Carrïón...

Las aguas de Carrïón

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Las aguas de Carrïón,
que a los muros de Palencia
o son grillos de cristal
o espejos de sus almenas,
5 un pescador extranjero
en un barquillo acrecienta,
llorando su libertad,
mal perdida en sus riberas.
¡Oh, qué bien llora!
10 ¡Oh, cómo se lamenta!

Vio la ninfa más hermosa
que dio al aire rubias trenzas
en el coro de Dïana,
que bajaba de las selvas
15 tras un corcillo herido,
que, de bien flechado, vuela,
porque en la fuga son alas
las que en la muerte son flechas.
¡Oh, qué bien llora!
20 ¡Oh, cómo se lamenta!

Las redes al sol tendía
sobre la caliente arena,
cuando se vio salteado
de la cazadora bella.
25 Más despedían, sus ojos,
que trae su aljaba, saetas,
y tanto más ponzoñosas
cuanto es más desdén que hierba.
¡Oh, qué bien llora!
30 ¡Oh, cómo se lamenta!

« ¡Oh fiera para los hombres,
perseguidora de fieras!
-decía al son de los remos,
que gimen cuando él se queja-:
35 de ti murmuran las aguas,
por disimular mis quejas,
que no alcanzas lo que sigues
y matas lo que te espera».
¡Oh, qué bien llora!
40 ¡Oh, cómo se lamenta!

Luis de Góngora