! La mujer… !...

! La mujer… !

con mil vagas aureolas
Yo coronaba su figura y era…
Cuando en mis sueños la tenia a solas

¡Ay infeliz ¡Tu, amigo. Si el divino
fuego sentiste del amor que en todo
arde, sabrás mi mísero destino.

Que gloria, ambición, el alma atesora
Y el corazón de su recinto estrecho
Ansia ostentar la fuerza triunfadora.

Pronto rendido pediré la calma,
Grandes serán el mirar de mis ojos,
Y siempre tendrás un hueco en el rincón de mi alma.

Anónimo.