Entre todos lo mataron...

Entre todos lo mataron
y él solito se murió;
eso fué lo que pasó
con el loro que enterraron.

A Serlock Holmes traeremos,
para que el caso invetigue,
y, en un cara a cara, obligue
a hablar a ese que sabemos.

No nos vamos a engañar:
al que ha hecho el desaguidado
todos lo hemos observado,
pero nadie quiere hablar.

¿Qué tendremos que ocultar?
¿Por qué no hay quien lo delate?
En este asunto hay tomate.
¡Qué caso más singular!