¡Ay! Una perrita setter...

¡Ay! Una perrita setter
tuve yo hace mucho tiempo;
la perrita se llamaba
como la tuly que tengo;
era una perra preciosa
todavía la echo de menos;
aunque el maltés reconforta
el penoso sentimiento
de haber perdido la otra,
locura por esta siento,
pues es dulce cariñosa
y diablillo al mismo tiempo.
Al "levante" no la traigo
por saber como sabemos
que en cafés y restaurantes
vetados tienen los perros;
cuando pongan la terraza
nos puede servir de encuentro,
traeremos a las mascotas
y así estaremos contentos.

Coral