Tello....

Tello.

Con un gran escalofrío
que me corre el espinazo
ya que a tres reconocí
de los que van galopando.
D. Rodrigo y D. Alonso
y el filibustero Mendo
con su cuadrilla de golfos
y estoy temiendo en mis ansias
questos no vienen perdidos
ni hicieron el viaje en balde
por estos malos caminos.
Espoleando el caballo
vuelo raudo hacia Olmedo
que yo no le temo a nada
pero llevo un gran mosqueo.
Me ha parecido un suspiro
que desgarraba el silencio
de esta noche tenebrosa
que me dejó sin aliento.
Mi señor yace en el suelo
en un buen charco de sangre
¡Dios mío! ¿Qué pasó aquí?
yo venia mosqueado
pero esto no esperaba
está el pobre malherido
y la vida se le escapa
por el hueco que le ha hecho
la bala de algún canalla.
Lo llevaré raudo a casa
haber que se puede hacer
por lo menos en su cama
acabe de fallecer.