Llegan a la Audiencia Nacional en flamantes coches,...

Llegan a la Audiencia Nacional en flamantes coches, pasan altivos el paseíllo, casi divertidos por el griterío a coro de indignados y ciegos fervientes, se plantan ante el juez con cabeza alta y discurso bien preparado. No saben nada, no han visto, no han oído
(no recuerdan)……
El ciudadano español se siente, y probablemente es, un mero pelele asistiendo a una función tan burlesca como real.
R. B.