"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Pues por hoy, va a ser que yo también me retiro. En otro momento que tenga os seguiré contando
Foto enviada por Coral


Los odios estuvieron carcomiendo durante más de veinte años el alma de un tal Gutierre Quijada, capitán de un grupo que compitió en los combates del puente de Órbigo sin conseguir alcanzar más gloria que la del defensor del Passo. Eso no pudo sufrirlo y, cuando palpitaban las estrellas prendidas del negro manto del firmamento, aceros que reflejaban la pálida luz de la luna, ejecutando fríamente la venganza, tiñeron de sangre lasa piedras del camino. “ Non es nada. Non es nada. ¡Quiñones, Quiñones!”, ... (ver texto completo)
Ahora, el viento esparció la desgracia por aquellos parajes: “ ¡Han matado a dos Suero de Quiñones!” “ ¡Han matado a dos Suero de Quiñones!”. Pero el crimen quedó impune.
En mala hora confesó el de la triste figura su parentesco con el traidor: “.. Gutierre Quijada, de cuya alcurnia yo diciendo por línea recta de varón” (Quijote I-XLIX).
La última “hazaña” de don Suero fue encontrar la muerte, esta vez, sin ir a buscarla. Maldita “gloria” para tan esforzado caballero, acuchillado a manos de cobardes.
A la memoria me vienen aquellos versos de Cayón Waldaliso parafraseando al de Olmedo: ... (ver texto completo)
Era el 11 de julio de 1458. Don Suero había cumplido ya los cuarenta y nueve años. Todavía no era un hombre viejo, solo maduro, en el centro de la vida, y esta se la arrancaron en un cruce de caminos perdido en plena paramera, entre Barcial de la Loma y Gastroverde, villas hoy de las provincias de Valladolid y Zamora, respectivamente, cuando el antiguo protagonista del Passo se dirigía hacia Tordesillas con destino a Medina del Campo.
Los odios estuvieron carcomiendo durante más de veinte años el alma de un tal Gutierre Quijada, capitán de un grupo que compitió en los combates del puente de Órbigo sin conseguir alcanzar más gloria que la del defensor del Passo. Eso no pudo sufrirlo y, cuando palpitaban las estrellas prendidas del negro manto del firmamento, aceros que reflejaban la pálida luz de la luna, ejecutando fríamente la venganza, tiñeron de sangre lasa piedras del camino. “ Non es nada. Non es nada. ¡Quiñones, Quiñones!”, ... (ver texto completo)
LA TRAIDORA MUERTE DE DON SUERO (S XV)

¡Quién lo diría! A los veinticuatro años y un día de inaugurarse los “fechos de armas” Passo Honroso, el que fue capitán mayor, don Suero de Quiñones, que, armado de pies a cabeza como centauro de metal (“sin escudo ni tarja”), había competido en las armas buscando la “ deliberación” del cautiverio amoroso en el qye se hallaba, halló (valga la redundancia) la muerte más vil que existe: apuñalado a traición por una cuadrilla en una noche clara, cuajada de ... (ver texto completo)
Era el 11 de julio de 1458. Don Suero había cumplido ya los cuarenta y nueve años. Todavía no era un hombre viejo, solo maduro, en el centro de la vida, y esta se la arrancaron en un cruce de caminos perdido en plena paramera, entre Barcial de la Loma y Gastroverde, villas hoy de las provincias de Valladolid y Zamora, respectivamente, cuando el antiguo protagonista del Passo se dirigía hacia Tordesillas con destino a Medina del Campo.
LA TRAIDORA MUERTE DE DON SUERO (S XV)

¡Quién lo diría! A los veinticuatro años y un día de inaugurarse los “fechos de armas” Passo Honroso, el que fue capitán mayor, don Suero de Quiñones, que, armado de pies a cabeza como centauro de metal (“sin escudo ni tarja”), había competido en las armas buscando la “ deliberación” del cautiverio amoroso en el qye se hallaba, halló (valga la redundancia) la muerte más vil que existe: apuñalado a traición por una cuadrilla en una noche clara, cuajada de estrellas, de un apacible verano.
Ni siquiera los traidores tuvieron la hombría de atacarlo uno por uno, sino “todos juntos, como es costumbre y mala usanza de los de vuestra ralea” que dría Don Quijote (I, capítulo III). ... (ver texto completo)
Curiosa la leyenda pero yo no la había oído nunca. Hay en León una calle que llama del moro Malhacin?
No tengo ni idea.
Curiosa la leyenda pero yo no la había oído nunca. Hay en León una calle que llama del moro Malhacin?
Con ese nombre hubo un rey de Granada, y el pico más alto de Sierra nevada se llama así en recuerdo de ese rey de la dinastía Nazarí
Pronto la Justicia se puso a buscar a esa persona, y la suerte hizo que a la luz de un candil dieran con el sospechoso. Parece ser que confirmada la identidad del caballero, Mulhey Hacén, era reincidente y tenía otras fechorías en su haber. Mulhey era un experto cuchillero y, según muchas personas, un hombre de bien. Poco a poco, entre sus detractores y sus seguidores fueron apareciendo curiosos episodios de su vida y se fueron esclareciendo los hechos.

La Justicia dictó "cárcel larga" para el ... (ver texto completo)
Curiosa la leyenda pero yo no la había oído nunca. Hay en León una calle que llama del moro Malhacin?
Muy buena pinta tiene el relato, ya lo leo luego
Busco un vinito
Coral, muy bonito. Mira que tenemos relatos y leyendas leonesas. Me ha gustado.

Un saludo.
Muy buena pinta tiene el relato, ya lo leo luego
Pronto la Justicia se puso a buscar a esa persona, y la suerte hizo que a la luz de un candil dieran con el sospechoso. Parece ser que confirmada la identidad del caballero, Mulhey Hacén, era reincidente y tenía otras fechorías en su haber. Mulhey era un experto cuchillero y, según muchas personas, un hombre de bien. Poco a poco, entre sus detractores y sus seguidores fueron apareciendo curiosos episodios de su vida y se fueron esclareciendo los hechos.

La Justicia dictó "cárcel larga" para el ... (ver texto completo)
Coral, muy bonito. Mira que tenemos relatos y leyendas leonesas. Me ha gustado.

Un saludo.
Las calles del barrio de San Martín estaban pobladas de artesanos y había mucha actividad comercial por lo que era un barrio ideal para hacer de las suyas.

Pero cuenta la historia, que Elvira, una tarde noche de invierno, salió de su casa para llevar una pequeña jarrita de aceite a la imagen del señor que por aquel entonces (y hasta hace pocos años) se exponía en la calle Matasiete. Cuando estaba rezando ante la imagen y depositaba su ofrenda de aceite, alguien se le acercó por detrás y ella ... (ver texto completo)
Pronto la Justicia se puso a buscar a esa persona, y la suerte hizo que a la luz de un candil dieran con el sospechoso. Parece ser que confirmada la identidad del caballero, Mulhey Hacén, era reincidente y tenía otras fechorías en su haber. Mulhey era un experto cuchillero y, según muchas personas, un hombre de bien. Poco a poco, entre sus detractores y sus seguidores fueron apareciendo curiosos episodios de su vida y se fueron esclareciendo los hechos.

La Justicia dictó "cárcel larga" para el ... (ver texto completo)
Mulhey Hacén enamorado.

Esta podemos decir que es la leyenda del moro enamorado de una cristiana. Por aquel entonces, el siglo XV, la relaciones de los cristianos con los moros y judíos que abundaban en los barrios de Santa Ana, Puente Castro y aledaños del Barrio San Martín, no eran buenas, ya que se les acusaba de pillaje, robos e incluso algún que otro asesinato.
Las calles del barrio de San Martín estaban pobladas de artesanos y había mucha actividad comercial por lo que era un barrio ideal para hacer de las suyas.

Pero cuenta la historia, que Elvira, una tarde noche de invierno, salió de su casa para llevar una pequeña jarrita de aceite a la imagen del señor que por aquel entonces (y hasta hace pocos años) se exponía en la calle Matasiete. Cuando estaba rezando ante la imagen y depositaba su ofrenda de aceite, alguien se le acercó por detrás y ella ... (ver texto completo)
Mulhey Hacén enamorado.

Esta podemos decir que es la leyenda del moro enamorado de una cristiana. Por aquel entonces, el siglo XV, la relaciones de los cristianos con los moros y judíos que abundaban en los barrios de Santa Ana, Puente Castro y aledaños del Barrio San Martín, no eran buenas, ya que se les acusaba de pillaje, robos e incluso algún que otro asesinato.
LA RAZÓN

Viene y va, por ser tan inestable…
Como péndulo de izquierda a derecha.
Balanza que presume satisfecha
esperando el azar inevitable.

Confusión obtusa e irremediable
de mano conductora que sospecha
por sentirla, hallarla, insatisfecha…
advierte por misión el ser amable.

Ciega por tardía ideología,
y maltrecha por tanta cerrazón..
Quien desune aquello que se uniría

sin perder ni la mínima ocasión
de embarrar todo aquello que sería…
Está de herida muerta la razón.

Coral ... (ver texto completo)
Así continuó durante gran parte de la noche hasta que vió que no tenía nada más que apostar. La angustia por el dinero perdido, le hizo salir de forma tosca y refunfuñando, se fue sin un solo real.

Cogió sus cosas, los dados que tan mala suerte le habían traído y se fue. Deambulando por las calles de León, maldiciendo su mala suerte y viendo el negro porvenir que le esperaba, a cada paso que daba estaba más desesperado.
Coral, el juego es malo, hoy ganas pero a la larga siempre pierdes.

Un saludo.