Pero la buena señora, estupefacta, inquirió, naturalmente en alemán:, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Pero la buena señora, estupefacta, inquirió, naturalmente en alemán:
¿Cómo dice usted?
Y en alemán y un poco amostazado, preguntó el español ya por derecho:
-Que…. ¿cuando nos dará usted de cenar?
-Um seben…. so wie heute.
-Dice que a las siete, igual que hoy –transmitió el entendido a su cofrade.
- ¿Cómo que a las siete? Pero…. entonces, ¿qué rayos era lo que nos acaba de dar?
-Mucho me temo que la cena; espera que le pregunto otra vez.
Volviéndose de nuevo, explicó también en alemán:
-Queremos saber cuando nos dará de cenar hoy.
Y en la misma lengua notoriamente escandalizada, respondió aquella señora:
- ¿Cómo que cuando les daré de cenar? ¡Ya han cenado ustedes!
Y, con ello, confirmó los tristes pensamientos de su pupilo, quien se dirigió al compañero para comunicarle:
-Efectivamente, todo lo que dejamos en la mesa ¡era la cena!
- ¡Pues si que la hemos hecho!; ahora creerá que nos alimentamos del aire y no va a haber manera de que aumente la ración –concluyó el otro muy fastidiado al pensar que si aquellos manjares como merienda eran abundantes, no dejaban de ser escasos y hasta míseros para cenar.
Y fuese por que la patrona los juzgara inapetentes o porque allí, en materia de alimentos, no atasen los perros con longanizas, las sucesivas comidas fueron aún más parcas.