NUESTROS REYES
FERNANDO I
Fernando I de León, llamado el Magno o el Grande (c. 1016 – León, 27 de diciembre de 1065), fue conde de Castilla desde 1029 y rey de León desde el año 1037 hasta su muerte, siendo ungido como tal el 22 de junio de 1038.
Era hijo de Sancho Garcés III de Pamplona, llamado el Mayor, rey de Pamplona, y de Muniadona, hermana de García Sánchez de Castilla. Fue designado conde de Castilla en 1029,1 si bien no ejercería el gobierno efectivo hasta la muerte de su padre en 1035. Se convirtió en rey de León por su matrimonio con Sancha, hermana de su rey y señor, Bermudo III, contra el que se levantó en armas, el cual murió sin dejar descendencia luchando contra Fernando en la batalla de Tamarón.
Tradicionalmente se le ha considerado el primer rey de Castilla y fundador de la monarquía castellana, y muchos historiadores siguen manteniendo esta tesis. No obstante, parte de la historiografía más actual considera que Fernando no fue jamás rey de Castilla, y que el origen de este reino se sitúa a la muerte de este monarca, con la división de sus estados entre sus hijos y el legado de Castilla al primogénito Sancho con título real.
En 1063, ante una junta de magnates y obispos, Fernando diseñó el reparto de sus reinos. Su hijo mayor, Sancho, heredaría Castilla y las parias de Zaragoza; León sería para su hijo Alfonso junto con las parias de Toledo, y García recibiría Galicia y las parias de Badajoz y Sevilla.
El reinado de Fernando I señaló el comienzo de los esfuerzos castellanos por conseguir la hegemonía peninsular, mediante una política de expansión de Castilla a expensas de Navarra y de las tierras del noreste peninsular.

Respondiendo a los pactos acordados, Fernando I envió a su hijo, el infante Sancho, en ayuda de al-Muqtadir, rey taifa de Zaragoza, cuando la plaza de Graus se vio atacada (1063) por Ramiro I de Aragón, su hermanastro, que fue derrotado y muerto. Posteriormente, condujo una expedición de castigo al valle del Ebro (1065) con el fin de vengar una matanza de cristianos acaecida en Zaragoza y reclamar a al-Muqtadir el vasallaje y el pago de las parias, que no habían sido dadas. Tras este castigo, la expedición continuó hacia Valencia, donde su rey Abd al-Malik ben Abd al-Aziz al-Muzaffar Nizam al-Dawla, tras resistir el asedio de la ciudad, plantó lucha en la batalla de Paterna, donde acabó derrotado. Al poco, Fernando I se sintió enfermo y ordenó la vuelta a León

EL 27 de diciembre de 1065, festividad de san Juan Evangelista, el rey falleció rodeado de obispos, tras un reinado de veintisiete años, seis meses y doce días, a unos 55 años de edad, que pocos rebasaban en aquel tiempo y que el cronista juzgó «buena vejez y plenitud de días».
Contrajo matrimonio con Sancha de León, hija de Alfonso V de León y hermana de Bermudo III de León. De esta unión nacieron:
Urraca de Zamora (c. 1033–1101), señora de Zamora.
Sancho (1038–1072), rey de Castilla como Sancho I, y de León como Sancho II (1065–1072).
Elvira, (¿?–1101), señora de Toro. Fue sepultada en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León.
Alfonso (1040–1109), rey de León (1065–1072) y de León, Castilla y Galicia (1072–1109), como Alfonso VI.
García (1042–1090), rey de Galicia (1066–1071 y 1072–1073).
Según la Crónica silense:
Fue enterrado en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León que él había construido, junto a la supuesta tumba de su padre, Sancho el Mayor, Rex Pirinaeorum montium et Tolosae