En la Armería del Palacio Real de
Madrid, se custodia una espada en cuya hoja está grabado el nombre de Bernardo del Carpio. La procedencia del arma la conocemos gracias al relato de Fray Antonio Sánchez, en la crónica del Monasterio de
Santa Maria la Real en Aguilar de Campoo, en la que cuenta como Carlos I pasó por el Monasterio cuando se dirigía a reclamar la corona imperial de
Alemania en 1517 con su hermana Leonor. Cuando desembarcóen Laredo tras ser nombrado emperador, el 30 y 31 de julio de1522 vuelve a Aguilar para dar gracias a Nuestra Señora y visita el sepulcro de Bernardo del Carpio, prototipo entonces del héroe libertador de
España; los nobles, deseosos de hacerle un presente valioso de acuerdo con el nuevo estatus del soberano sacan la espada que se encontraba en la tumba y se la entregan al emperador Carlos. Es posible que la empuñadura actual sustituyera a la original, deteriorada por la humedad de la cueva, y elaborándola al gusto de la época.