Va pa cuatro anus, una de las miós primas -tengu polo menos dous doucenas- criaba tres fichos, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Va pa cuatro anus, una de las miós primas -tengu polo menos dous doucenas- criaba tres fichos. Taba con el. lus pa la parte de L. laciana, por enriba de Barzanachana, na Curunina. Teníalos al resguardu de un macho qu´andaba guliscandu por ail. lí cerca.
Dalguién debíu d´enterase del asunto ya esbardal. lóu ya apregonóulu por onde nun debía, de tal forma que darréu entamó a xuntase una montonera de xente alredor. Un tropel de dous cientus polo menos. Asegún me dixenun, dalgunus glachaban como l. loucus ya emburriaban monte arriba ya echábanse encima los osus pa facel. lys afotos. Mientres tantu nun paraban de pasare camionazos de carbón que baxaban del Corpuspín, onde había priesa por esfarrapar aquel l. lugar que siempres fuei osero.
La mióu prima pasóu tantu miedu que cuasimente non podía nin dar de mamar a los sous guaxes. Al cabo una semana, pola nueite, tuvo que salire a escape pa la parte del Reciel. lu ya perdíu dous de los tres esbardos que tenía. Al parecere, uno matolu el machu que taba a la chisba ya del outru... nun se sabe que l. ly pasóu. Debíu de l. leváselu l´augua que baxaba abondu polos praos de Ferrera.
Aquel. la disgracia pasoul. ly a la mióu prima peru calquier día pásal. ly a dalgún fisgón. Porque un osu ía talmente como un paisanu: cuando ta espavoríu nunca se sabe por onde va a salire.

Hace cuatro años, una de mis primas -tengo por lo menos dos docenas- criaba tres hijos. Estaba con ellos por la parte de Laciana (Valle de Laciana, en la provincia de León)-, por encima de Barcenallana, en La Coronina. Los tenía a salvo de un oso macho que andaba merodeando por allí cerca. Alguien debió de enterarse del asunto y lo chachareó y lo pregonó por donde no debía, de modo que enseguida empezó a juntarse una multitud de gente alrededor. Un tropel de doscientos por lo menos. Según me dijeron, algunos chillaban como locos y embestían monte arriba y (casi) se echaban encima de los osos para hacerles fotos. Mientras tanto no dejaban de pasar grandes camiones de carbón que bajaban del Corpuspín, donde había mucha prisa por arrasar aquel lugar que siempre fue guarida de osos. (Corpuspín, deformación de Puercoespín, fue un paraje enriscado y boscoso que acabó arrasado por una de las minas de carbón a cielo abierto que asolan los montes de Laciana).
Mi prima pasó tal miedo que casi no podía amamantar a las crías. Al abo de una semana, por la noche, tuvo que huir hacia la parte del Reciello y perdió a dos de los tres hijos que tenía. Al parecer, a uno lo mató el macho que andaba al acecho y del otro... no se sabe lo que le ocurrió. Debió de llevárselo el agua que bajaba causalosa por los prados de Ferrera. Aquella desgracia le ocurrió a mi prima pero cualquier día le ocurrirá a algún fisgón. Porque un oso se comporta igual que un humano: cuando está despavorido nunca se sabe qué camino puede tomar.