Y seguimos leyendo en DIARIO DE LEÓN:
Una actuación irregular e indecorosa.
27/09/2012
Nuevo escándalo y en el peor momento. Porque así es como se debe calificar lo hecho por el ex teniente de alcalde y ex concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de León, Cecilio Vallejo, quien facturó 331.588 euros por trabajos a la Caja, pese a que su contrato se lo prohibía expresamente.
Todo un abuso en el ejercio de su actividad profesional, que viene a demostrar la ambición desmedida de un político que aspiró a ser candidato a la Alcaldía de León y al que se le consiguió un contrato como director general de Inmocaja, la sociedad inmobiliaria de la Caja, a razón de 155.000 euros al año. Y, precisamente, es moralmente deplorable que una persona con ese salario anual se lleve a mayores un sobresueldo de más de 331.500 euros, y menos de un modo irregular, tal y como dejan claro los escritos que el entonces director general de la entidad le remitió y como dicen los informes jurídicos encargados por la entidad.
Actuaciones como ésta son las que han generado el declive de las instituciones y entidades como la Caja y, más allá, de la propia sociedad que ahora se ve sumida en una grave crisis económica, que están pagando los ciudadanos. ¿Es que 155.000 euros no son suficientes como que para alguien necesite de otro trabajo que no está incluido en su contrato?
La actuación de Cecilio Vallejo es deplorable, inmoral, indecorosa e irregular, más si se tiene en cuenta que él mismo decidía sobre esos trabajos. Lo legítimo es que Vallejo devolviera el dinero facturado irregularmente.
Una actuación irregular e indecorosa.
27/09/2012
Nuevo escándalo y en el peor momento. Porque así es como se debe calificar lo hecho por el ex teniente de alcalde y ex concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de León, Cecilio Vallejo, quien facturó 331.588 euros por trabajos a la Caja, pese a que su contrato se lo prohibía expresamente.
Todo un abuso en el ejercio de su actividad profesional, que viene a demostrar la ambición desmedida de un político que aspiró a ser candidato a la Alcaldía de León y al que se le consiguió un contrato como director general de Inmocaja, la sociedad inmobiliaria de la Caja, a razón de 155.000 euros al año. Y, precisamente, es moralmente deplorable que una persona con ese salario anual se lleve a mayores un sobresueldo de más de 331.500 euros, y menos de un modo irregular, tal y como dejan claro los escritos que el entonces director general de la entidad le remitió y como dicen los informes jurídicos encargados por la entidad.
Actuaciones como ésta son las que han generado el declive de las instituciones y entidades como la Caja y, más allá, de la propia sociedad que ahora se ve sumida en una grave crisis económica, que están pagando los ciudadanos. ¿Es que 155.000 euros no son suficientes como que para alguien necesite de otro trabajo que no está incluido en su contrato?
La actuación de Cecilio Vallejo es deplorable, inmoral, indecorosa e irregular, más si se tiene en cuenta que él mismo decidía sobre esos trabajos. Lo legítimo es que Vallejo devolviera el dinero facturado irregularmente.