Ya he manifestado en otras ocasiones que pedir perdón es adecuado cuando accidental mente se le pisa el callo a uno en el metro. El resto de los casos, aparte de poco efectivo, no ha lugar a pedirlo ni a darlo. Desde que el rey emérito pidió perdón por su travesura africana, el pedir perdón se ha convertido en una moda. Da igual que sea un atentado, que sea un robo de millones o cualquier cuestión premeditada y descubierta. Si se pide perdón parece que es de mal gusto el castigo. Asi a los de la ETA se les exige perdón en público. Lo importante es que estén arrepentidos en privado, que no acepten homenajes, que no merecen, y después de cumplida la culpa, se reten a sus quehaceres con discreción, porque las victimas, no les van a perdonar, ni tienen porque hacerlo, sus premeditados actos.
Es de una tremenda jeta, pedir perdón cuando el individuo sabe que está, o a cometido un delito, lo mas señor que pueden hacer estos individuos es desaparecer y que los afectados tengan noticias cuando hayan muerto, si alguien lo publica. La sociedad no es un confesionario.
Es de una tremenda jeta, pedir perdón cuando el individuo sabe que está, o a cometido un delito, lo mas señor que pueden hacer estos individuos es desaparecer y que los afectados tengan noticias cuando hayan muerto, si alguien lo publica. La sociedad no es un confesionario.