Él Rey Basilio sigue contandole la tragedia ocurrida...

Él Rey Basilio sigue contandole la tragedia ocurrida a sus sobrinos, Astolfo y estrella.

BASILIO:

El mayor, el más horrendo
ecipse que ha parecido
el sol, después que con sangre
lloró la muerte de Cristo,
éste fue, porque anegado
el orbe en incendios vivos,
presumió que padecía
el último parasismo;
Los cielos se oscurecieron,
temblaron los edificios,
llovieron piedras las nubes,
corrieron sangre los ríos.
En aqueste, pues, del sol
ya frenecí, o ya delirio,
nació Segismundo dando
de su condición indicios,
pues dio la muerte a su madre,
con cuya fiereza dijo;
hombre soy, pues que ya empiezo
a pagar mal beneficios.
Yo acudiendo a mís estudios,
en ellos y en todo miro
que Segismundo sería
el hombre más atrevido,
el príncipe más cruel
y el monarca más impío,
por quien su reino vendría
a ser parcial y diviso,
escuelas de las traiciones
y academia de lso vicios;
y él, de su furor llevado
entre asombros y delitos,
había de poner en mí
las plantas, y yo rendido
a sus pies me había de ver
(Ap.! con qué vergüenza lo digo!),
siendo alfombras de sus plantas
las canas del rostro mio.
¿Quién no da crédito al daño,
y más al daño que ha visto
en su estudio, donde hace
el amor propio su oficio?
Pues dando crédito yo
a los hados, que divinos
me pronosticaban daños
en fatales vaticinios,
determiné de encerrar
la fiera que había nacido,
por ver si el sabio tenía
en las estrellas dominio.
Publicóse que el infante
nació muerto, y, prevenido,
hice labrar una torre
entre las peñas y riscos
de esos montes, donde apenas
la luz a allado camino,
por defenderle la entrada
sus rústicos obeliscos.
Las graves penas y leyes
que con publico edictos
declararon que ninguno
entrase a un vedado sitio
del monte, se ocasionaron
de las causas que os he dicho.
Allí Segismundo vive
misero, pobre y cautivo,
adonde solo Clotaldo
le ha hablado, tratado y visto.
Este le ha enseñado ciencias;
éste en la ley le ha instruido
catótica, siendo solo
de sus miserías testigo.