¡No hay como el norte para deleitarse en la contemplación de la naturaleza! Pero tampoco hay que perder de vista en tierras de interior la furia natural de rayos y truenos. Yo me admiraba de ellos en mi tierra natal. Pinos resineros segados por un rayo, agua torrencialmente roja (porque la tierra así es) bajando como una riada, que sin llegar a asustarte pero que te daba cierto respeto.
Y desde luego si se puede evitar es mejor verlo desde casa.
Una vez a mi abuela la sorprendió una noche de tormenta ... (ver texto completo)
Y desde luego si se puede evitar es mejor verlo desde casa.
Una vez a mi abuela la sorprendió una noche de tormenta ... (ver texto completo)