RONDA:, Andalucía

RONDA:

Querida Ronda de lunas Goyescas, tú que encierras leyendas de los bandoleros y magia de los poetas, amada Ronda, Pedro Romero desde su cielo de verónicas prodigiosas y tardes perfectas elogia tu belleza y canta tus glorias.
Querida Ronda, ciudad eterna donde el tiempo se detiene y permanece, Rilke desde su trono de rosas y de versos se rinden a tu esencia y a tus placeres, te sueña y te desea, te quiere y te inventa y te re-inventa.
Amada Ronda, la de los toreros machos, la ciudad blanca y redonda que enamora y emociona, La perla del Sur, ese lugar mágico cuya plaza bicentenaria escribe en la historia faenas soñadas. Ronda de misterios y montañas.. Los artistas te veneran, las plumas te anhelan, el cante bebe de tus venas, y el Niño de la Palma en tus estrellas se duerme y se esconde.
Divina Ronda la de los Romero, la de los Ordoñez, ciudad de los balcones rojos y de las calles empedradas, lugar de aroma y tradición, en su inmensidad infinita el toreo te da las gracias, te agradece enormemente tus desvelos, tu tesón y tu fuerza, tu duende y tu elegancia, ciudad noble y orgullo de Andalucía.
Querida Ronda, estimada ciudad de la bulería y de la tauromaquia, Antonio Ordoñez en su manto azul de sueño eterno te mira. Te mima y te brinda, te ama, te aconseja y te cuida... feliz cuando honras su memoria y contento cuando tu nombre, Ronda, camina de nuevo a lo largo del universo, sonoro y profundo, largo y templado, rotundo.
Querida Ronda, Antonio Ordoñez celebra cada Septiembre, mientras el verano tiñe de rojo y de oro la serranía, otra Goyesca, otra de sus corridas soñadas, regalo para los toreros y obsequio para los aficionados, otra tarde de paseillos impresionantes y de olés en los tendidos.
Ronda, ciudad amada, auténtico lujo para los sentidos, tienes la suerte de ser testigo de tantas cosas bellas... Ronda eterna y clara, tú que sientes y gozas la dicha del toreo, que presenciaste revoleras de Ordoñez, muletazos de Ojeda, ese genio de Romero... temple y empaque... Ronda sincera, emociónante ahora con ese "ángel" de Cayetano, la pureza de Manzanares, esa quietud de Perea (que no se mueve, no se mueve)... Ronda siente, vive, sueña...
Y sigue Ronda rondeña, tan genuina y tan auténtica, perfecta y legendaria, regalándonos la dicha de su estampa, sigue así ciudad soñada y añorada, jamás cambies... que siempre esté en ti presente la artistica bondad de mí muy querido Juani, el arte de Humberto, el agradable sabor de la Peña El Catite... el cielo y el sol, la piedra y la eternidad.
Ronda: ciudad única.

Cristina Padin Barca.
Escritora rondeña y enamorada de Ronda.