Pues en el río de mi pueblo el agua estaba limpia y...

Pues en el río de mi pueblo el agua estaba limpia y transparente; y además la veías correr. Acabábamos sentados porque el río tenía muchos guijarros y nos cansábamos de ir de piedra en piedra. En realidad era como el agua de un manantial y fría. Con el calor y después de llevar un rato, ya no te parecía tan fría. En los estanques, que también los había, no nos dejaban meternos pues era muy peligroso.
Teníamos un estanque en un huerto que se llenaba con el agua de un manantial. Era enorme y ahí el agua estaba congelada solo meter la mano. Con ese estanque se regaba el huerto. Y no te lo pierdas, mis abuelos llenaron el huerto con serones de tierra porque el lugar era pedregoso. ¡Menudo trabajo de chinos en el huerto nuestro de la Peña la Arena!, que así se llama.