¡Qué bonito pueblo el tuyo! Que el mío, aunque sea...

Bon día, queridas mías,
Dicen qué.. después de la tormenta siempre llega la calma, y después de tener un sueño muy poco conciliador, yo también he querido Carmen, que mis sueño fuera de distinto color, pero mi sueño ha sido diferente....
He querido maquillar a quien yo pensaba que me había querido, y quise verlo como en un principio era, pero con el tiempo se fue deteriorando tanto que dejo de ser aquella persona…y ya no había maquillaje posible para darle una expresión afable a su rostro,
se había convertido en un ser despiadado y malévolo y no le importaba nada, pués ya no entendía de sentimientos ajenos, sólo pensaba en si mismo, y dando a su rostro una imagen de mil caras.
Ayer me dí cuenta que estaba equivocada.. pude ver con dolor su verdadero rostro.
Y por mucho que me he empeñé en maquillar en mi sueño, aquel rostro que yo quería, y seguir creyendo en sus palabras, no lo he podido conseguir, la maldad ya reinaba en sus entrañas y su rostro era el espejo de su alma..
Me he despertado está mañana, y todo lo he visto de distinto color, esa pesadilla que tuve anoche no sé si tuvo algo que ver con la visita que le hice a Don Julián.
Y sólo he comprendido una cosa del sueño, que sólo merece la pena luchar por lo que verdaderamente merece la pena. siempre siendo una misma.

Besos.

¡Qué bonito pueblo el tuyo! Que el mío, aunque sea tan pequeño, no se queda atrás. Lo que pasa es que es algo en diminuto, como dirían las leoninas, pueblín. Mi pueblín, mis pueblines, y con lo pequeños que eran y que son, se fueron agrandando en mi memoria hasta que sentí tanta ausencia que tuve necesidad de recrearlos, de ver crecer sus trigales, respirar sus pinares y su aire tan puro pero a base de palabras. Aquella fue mi gran necesidad, sacarlos afuera y volver a sentirlos cerca de nuevo para lo que me dieron unas cuantas clases especiales y adaptadas a cada persona. ¡Eramos tantas y tan diferentes!
A mi me discriminaron, según mis capacidades. Me discriminó mi profesora y lo que a otras les permitía, a mi no me lo consentía. Decía que yo no podía comportarme como ellas e incluso una vez me castigó con palabras y yo la burlé a ella. Una verdadera historia de pedagogía. Hasta que al final, ella me volvió a coger las vueltas y entonces le tuve que decir la verdad, y solamente la verdad. Ya comprendió mi juego. Nosotras aceptábamos la verdad pero había gente que no y entonces tenías que actuar de otra forma. No como hay que hacerlo normalmente, sino de la manera que sabes que se puede hacer.

En cuanto a los sueños, sueños son. Unas veces despiertas con mucha alegría que eso no sea verdad. Pero otras, sientes nostalgia de que solo haya sido un simple sueño.

Y en la realidad también sucede, ¡cómo querrías algunas veces no haber visto la verdadera personalidad de alguien que tanto querías! Que era así, desde el principio pero tu lo viste con otros ojos. Nos engañamos muchas veces amiga porque queremos que las personas sean como nosotros queremos que sean y no las vemos como son en la realidad, por un encantamiento que sufrimos algunas veces.

Y cuando nos damos cuenta... la decepción es mayúscula. Pero sigue estando a nuestro alcance la manera de que esa persona se adapte a nosotras. Porque Inés, las mujeres tenemos mucha magia de poder cambiar el curso de nuestras vidas. Mejor que sea para bien que para mal.
Y las pesadillas, cuanto mas lejos mejor. Por eso no me acerco yo a ese espacio tan lúgubre, majas, ¿o que os creéis que la policía es tonta?

Besos y me voy a por pan con mi padre, un encanto de hombre.