Martín y Crispy se hicieron grandes amigos. Iban al cine juntos. La patata mágica solía, Burgos

Martín y Crispy se hicieron grandes amigos. Iban al cine juntos. La patata mágica solía sentarse sobre el hombro de Martín para ver las películas. Jugaban al ajedrez, jugaban al tenis y les encantaba hacer submarinismo juntos. Eran tan felices.
Martín pasó tanto tiempo con su nueva amiga que se olvidó de estudiar para los exámenes. Una noche, Martín estaba realmente preocupado, tenía un examen de biología a la mañana siguiente y no tenía ni idea de la asignatura. Cuando Crispi se dio cuenta de por qué se encontraba tan mal su amigo, le dijo:
—Martín, te puedo ayudar. Te voy a contar mi secreto porque te quiero mucho, pero espero que no te aproveches de él. Soy una patata mágica y puedo concederte un deseo si me das un mordisquito.
— ¡Oh, no! ¡No te quiero comer!