CORREO CERTIFICADO DE , Burgos

CORREO CERTIFICADO DE
BURGOS AL CIELO

Una carta más de fantasía
para felicitarte, madre.
se me ocurrió que mi amor
por ti, merecía ser certificado
desde un singular correo,
sito en una calle principal,
cerca del río, el Arlanzón llamado.
Camino del Teatro y con el Cid en medio
dirigiendo estos días el tráfico.
Lo mismo manda a las aguas
que bajen sin armar escándalo
que a los coches, musicando.
Les ordena que ojito con cometer fallos.
Este Cid es la monda de guerrero,
pero noble, jinete fiero y además honrado.
Matusalén a su lado, es jovenzuelo.
El Cid cumplió su Octavo centenario.
Hasta a Sofía Loren, invitó de sobremesa.
Fue todo verla y contarle sus castellanas proezas.
Y emocionado ante su vista, le besó la mano.
Harto caballero y de Burgos, principal soldado
que después de tantos años todavía conserva
el caballero de bronce, modales refinados.
Cuentan y no callan que como a un mozuelo
le acudieron los rubores a su recio rostro.
Es que Sofía no se pudo contener
de verle tan apuesto y tan buen mozo
que le besó las barbas y le lanzó un piropo.

Ya ves madre, como en Burgos me divierto.
Tú no te preocupes que estoy en buenas manos.
Tan fresquita, con este airado y frío clima
donde no faltan cafés ni jamones que comer.
Buen cocido, buen garbanzo, y a pasear un rato.
Eso sin contar el pecado, ¡qué morcilla tan rica!
Y qué queso, esté duro o sea blando.
¡Qué te voy a contar, si lo has probado!

¡Ay mamá! Que la chiquilla se ha dislocado.
Si la viera su abuela, ya lo creo que diría,
que es buena pieza y además Jimena.
Y como ni ya tiene abuela, ni se le parezca
estos días, por estas tierras se goza.
muy ufana y muy contenta, por las calles
se pasea. Por la Quinta va ya de corrida
por si la grúa hace alguna de las suyas.
Ni una, ni dos, sino tres, el auto le ha requisado
pero al final ya se ha hartado
Y ni una mas, que te has pasado
de vendimiarme mi auto y salir cobrando.
Sí, hija, sí, de humor, de risa y barato.
Espero que en este tu día
orgullosa te sientas de tu hija.
¡Qué pájara! ¿Qué le habrá pasado
para haber cambiado tanto?
Serán los aires, madre,
que recuerdo tanto.

Carmen García