También vendían frutas de Aragón y el pan a la puerta de los clientes. Todo en la plaza de la iglesia de la Asunción de Maranchón. Grato recuerdo.
Maranchón es un pueblo de la paramera que ahora la ha hecho rentable con la instalación de molinos eólicos. Una zona que no daba ni pinos pero si muy buenas setas. Pues ahora produce energía eléctrica a partir del viento. El caso es buscar lo que la tierra puede llegar a producir y beneficiarse de lo bueno. Los tiempos cambian y hay que adaptarse a ellos.
Dejé Maranchón y me acordé: su plaza de toros... Pero ya no pude hacer mas fotos con el coche en marcha.
Otra vez será.