EL PECADO CAPITAL DEL ESPAÑOL “LA ENVIDIA”
Cuantas veces te sientes equivocado, piensas que no existe la envidia, luego te vas disgustando al ver tan mala franquicia. Es un mal siempre presente que no sabe de caricias, que nunca ha sido decente y busca solo malicias. Lo dijo León Felipe. “español pudo más tu envidia que tu honor”. español tu codicia envidiosa y mal llegada, es odiosa y siempre repudiada. No hace falta que miremos mucho alrededor, ni busquemos caminos informales, es la raza que tiene sus desmanes, y con la envidia se notan más sus males. Envidiosos de signos de alegría, envidiosos que nunca son normales, quizá envidian a veces la agonía que tuvieron algunos animales. No comprendo los defectos de mi raza, nunca fue la envidia mis más penosos males, paseando me voy de plaza en plaza sin mirar sus bellos soportales. Envidiosos de gente que trabaja buscando los caminos naturales, es la envidia que tiene su navaja de las horas más serias y anormales. Envidiosos de ver flores erguidas, que quisieran romper de una estacada, muchas flores se sienten deprimidas al ver la envidia que no le agrada nada. La envidia nunca se para ni quiere ver consecuencias, y mucho menos se aclara con la marcha de sus ciencias. Envidiosos del progreso que suele dar el trabajo, la envidia siempre es un peso que nace desde muy bajo. La envidia corre las venas como fiebre desmadrada, a veces consigue penas en cualquier senda dañada. Envidiosos de la vida que les asusta la muerte, temen en su despedida que no les hablen de suerte. Envidiosos de riquezas que no les hacen mejores, ellos tienen sus torpezas envueltas entre dolores. G X Cantalapiedra.
Cuantas veces te sientes equivocado, piensas que no existe la envidia, luego te vas disgustando al ver tan mala franquicia. Es un mal siempre presente que no sabe de caricias, que nunca ha sido decente y busca solo malicias. Lo dijo León Felipe. “español pudo más tu envidia que tu honor”. español tu codicia envidiosa y mal llegada, es odiosa y siempre repudiada. No hace falta que miremos mucho alrededor, ni busquemos caminos informales, es la raza que tiene sus desmanes, y con la envidia se notan más sus males. Envidiosos de signos de alegría, envidiosos que nunca son normales, quizá envidian a veces la agonía que tuvieron algunos animales. No comprendo los defectos de mi raza, nunca fue la envidia mis más penosos males, paseando me voy de plaza en plaza sin mirar sus bellos soportales. Envidiosos de gente que trabaja buscando los caminos naturales, es la envidia que tiene su navaja de las horas más serias y anormales. Envidiosos de ver flores erguidas, que quisieran romper de una estacada, muchas flores se sienten deprimidas al ver la envidia que no le agrada nada. La envidia nunca se para ni quiere ver consecuencias, y mucho menos se aclara con la marcha de sus ciencias. Envidiosos del progreso que suele dar el trabajo, la envidia siempre es un peso que nace desde muy bajo. La envidia corre las venas como fiebre desmadrada, a veces consigue penas en cualquier senda dañada. Envidiosos de la vida que les asusta la muerte, temen en su despedida que no les hablen de suerte. Envidiosos de riquezas que no les hacen mejores, ellos tienen sus torpezas envueltas entre dolores. G X Cantalapiedra.