FRÍO....

FRÍO.
Este invierno está siendo, sin duda alguna, muy generoso, en enviarnos frío por un tubo porque de norte a sur, desde las altas montañas hasta la orilla del mar, este año hemos sentido frío. Y con bastantes días seguidos.
En Fuensanta (Jaén), mi pueblo ha caído una buena hace unos días y aquí en Málaga en Ronda también nevó.
Se ha dicho siempre que “año de nieves año de bienes” esperemos que eso sea una realidad porque la verdad es que ya está bien de maldades, de política, de problemas, de fraudes, de crisis, de chorizos y de descontrol, a ver si es verdad que aparecen los bienes y todos nos sentimos un poco más aliviados.
La verdad es que el frío y la nieve concretamente siempre suponen un acontecimiento simpático, atractivo y hasta jocoso, para el personal y sobre todo para los más jóvenes y los niños. Claro que eso es cuando la nieve nos visita una o dos veces al año, cuando su caída no es muy intensa y cuando a penas si altera el desenvolvimiento natural de la vida laboral y social si no es para que podamos hacer una bola de nieve y pasar un rato agradable. Pero cuando la nevada es intensa, cuando se queda uno incomunicado con el mundo exterior, cuando se pasan varios días sin poder salir a la calle la nieve se convierte en un problema y uno lo que quiere es quitársela de encima cuanto antes.
Yo he pasado a lo largo de mi vida por etapas en las que he conocido a la nieve de muy diversas formas. Un mi pueblo de nacimiento Fuensanta (Jaén), un precioso pueblo de la Sierra Sur, entre montañas y olivos, regados por una abundancia numerosas fuentes y manantiales que que constituyen paisajes idílicos conocí la nieve de muy cerca, desde mi nacimiento, porque allí suele hacer su presencia cada año, una o dos veces, y en aquellos años de mi infancia con bastante más virulencia que ahora porque entonces solían caer nevadas que alcanzaban 40 ó 50 cms. de nieve por las calles y ahora aunque acude no suele llegar a cuajar en el suelo urbano.
Después ya de forma profesional yo estuve dos curso de Maestro en Somaén (Soria), y allí tuve un contacto más directo con el frío y con la nieve, donde había nevadas cuantiosas, cortes de carreteras, e incomunicación en sus pueblos, aunque la verdad es que en pueblo donde yo vivía era la parte menos fría de la provincia y como pasaba por el la carretera general de Madrid-Zaragoza la comunicación a penas si se interrumpía. Ya he contado en más de una ocasión que tengo unos recuerdos maravillosos, de aquel pueblecito soriano, y del cariño y la generosidad de sus gentes con las que aún después de casi 60 años sigo manteniendo contacto.
La tercera y más intensa fue durante mi estancia en Sabiñánigo (Huesca) con motivo de hacer las prácticas de las Milicias Universitarias que realicé allí durante 4 meses., estaba a 12 kms de Jaca en la frontera con Francia y a los pies de los Pirineos cuyas cumbre, Maladeta, Monte Perdido y Pico de Aneto se veían perfectamente desde nuestro cuartel y allí si que había nieve en cantidad y durante todo el año.
Y ahora a mi vejez me he venido a Málaga, donde no la veo caer, aún así cuando nieva en Ronda que me pilla cerca, suelo subir con el coche para verla y tocarla porque en el fondo a mi me encanta la nieve. Bueno lo dicho a ver si este año de nieves se nos solucionan muchos de nuestros problemas, que la verdad es que tenemos bastantes y graves. QUE ASÍ SEA.