UN DÍA ME DIJO ADIOS. ...

UN DÍA ME DIJO ADIOS.
Era un día de niebla cerrada, del mes de diciembre, y aquel joven un poco mayor de edad que yo, me comentó en pleno campo, en La Guija, trabajando en las viñas, mañana me iré a Bilbao, quiero cambiar de vida y olvidarme del legón. Cierto, así fue, al día siguiente se subió en el coche de línea de La Regional, que le llevaba a Valladolid. Y desde allí en tren, marchó para Vascongadas, Supe por su familia que no le fueron las cosas mal, pero yo al emigrar de aquel valle, llamado La Seca, nunca más le volví a ver, hace unos años pocos un hermano de aquel joven me contó. Mi hermano murió del maldito cáncer, me puse triste y pensé que la vida es caminar sin saber donde terminas, que por mucho que luches y trabajes, todos tenemos una fecha de caducidad, digamos que nuestra vela se consume, unos por accidentes, otros por causas fatales de enfermedad, y otros los más afortunados llegan a una edad muy mayor. Pero como dejó escrito el poeta, León, Felipe, Camino, Galicia, Aquí no queda ni dios, todos sabemos que le mataron. Más tarde o más temprano emprenderemos ese camino sin retorno, y allí iremos a buscar a nuestros antepasados, y si no fuera así, descansaremos para la eternidad, vinimos a este mundo desnudos y sin nada, y nos iremos de la misma forma, todo cuanto tuvimos y gozamos de ello, aquí se quedará, nos dará igual una vez nos hayamos ido, en nuestro camino no servirá para nada, Nuestra propia conciencia nos juzgara, y seremos olvido para siempre, pasamos por esta vida poniendo zancadillas, tratando de escalar puestos que al final no sirven para nada, Somos seres humanos que no sabemos de dónde vinimos, ni en donde terminaremos, quizá alguna foto se hará vieja en una pared de algún lugar, que alguien más joven quitará por estar un poco amarillenta, Ya dijo otro poeta que fue Miguel, Hernández. Gilabert. Puede ser que algún día el tiempo nos ponga viejos sobre la fotografía. G X Cantalapiedra.