LA FERIA DE FUENSANTA (Jaén)
He venido a mi querido pueblo natal, para pasar unos días con mis familiares, amigos y paisanos, con toda Fuensanta, este bello y entrañable rincón de mi Andalucía donde tuve la suerte de abrir mis ojos por primera vez.
Hacía ya bastantes años que no venía aquí a la feria en Septiembre, aunque si en Semana Santa, en verano o en Navidad, donde toda mi familia, mis hijos y nietos en total 14, tenemos un fugaz encuentro en el domicilio familiar.
Ha sido un viaje muy especial por todo lo vivido, con el reencuentro masivo de mis paisanos que por cientos me han saludado y a los que agradezco enormemente su afecto y su cariño, que mutuamente he compartido con ellos, después de estar lejos de aquí durante 23 años que hace ya trasladé mi residencia a Estepona donde actualmente vivimos. De entre todos ellos me ha calado más el saludo respetuoso, cariñoso y agradecido de muchos de mis alumnas/os, a los que yo ya ni conocía, pero que si me han transmitido su recuerdo y su reconocimiento de que la relación alumno y profesor fue positiva en sigue existiendo en su sentimiento y en su corazón. A todos los fuensanteños, mis paisanos y en particular a todos mis alumnos/as, muchos miles, a lo largo de 27 años de Maestro, un abrazo muy fuerte, muchas gracias por ser tan generosos conmigo y por no haberos olvidado de mi y de mis consejos y enseñanzas.
La feria maravillosa, un ambiente de camaradería, de orden, de alegría y diverdión colectiva: los niños a los caballitos y otras atracciones, los jóvenes a sus bares, sus pub y copicheo, los mayores a la Caseta Municipal o al Casino, más tranquilos, más reposados y por supuesto a bailar y a pasarlo bien que es el objetivo principal de toda feria.
Y para los creyentes, yo creo que en este caso todos los fuensanteños, la visita a la Iglesia, la misa y la procesión de nuestra Virgen de la Fuensanta, que es en definitiva el origen de nuestra feria conocida tradicionalmente como la feria del higo.
Ahora permitidme que haga una comparación, en el tiempo, con la feria de mi juventud y con la feria de hoy.
En los años 1970/1980, la feria era mucho más masiva, la gente, fuesanteños y foráneos inundábamos la Calle Real, la plaza con el baile del Casino, el Paseo de la Fuente con el Patio Andaluz y la carretera con la churrería de los Telleros y las atraciones de feria, desde la víspera, hasta el último día. Eran unas ferias más pobres pero más numerosas, más intensas y más vividas. La razón que entonces había pocas ferias y estas, las más impotantes, había que disfrutarlas a tope.
Ahora en 2023, la feria tiene otros atractivos, es más moderna, más tranquila y la gente huye de ese bullicio de antaño porque fiestas y diversiones tiene muchas y las utiliza a su conveniencia. Hay quien prefiere irse estos días a la playa y dejar los pub, los bailes y las copas para la semana que viene aquí, en Martos o en Jaén, donde pueden ir con su coche a disfrutarlas. Por eso es que ahora la feria está vacía de personal, más tranquila en la calle y menos bulliciosa y extresante.
Y si os digo la verdad a mi aquella feria me gustaba más, seguramente porque yo entonces tenía 20 años y lo que queria y necesitaba era bulla y calle. Ahora a mis 83 años si tuviera que vivirla intensamente y todos los días, esta de ahora sería mi fiesta ideal.
De cualquier manera la Feria sigue, la Virgen nos sigue acompañando y protejiendo, Fuensanta sigue siendo importante, tranquila y emprendedora, y nosotros los fuensanteños, aunque no estemos siempre aquí, como es mi caso, no dudéis que siempre la llevaremos cosida a nuestro corazón.
UN ABRAZO MUY FUERTE
He venido a mi querido pueblo natal, para pasar unos días con mis familiares, amigos y paisanos, con toda Fuensanta, este bello y entrañable rincón de mi Andalucía donde tuve la suerte de abrir mis ojos por primera vez.
Hacía ya bastantes años que no venía aquí a la feria en Septiembre, aunque si en Semana Santa, en verano o en Navidad, donde toda mi familia, mis hijos y nietos en total 14, tenemos un fugaz encuentro en el domicilio familiar.
Ha sido un viaje muy especial por todo lo vivido, con el reencuentro masivo de mis paisanos que por cientos me han saludado y a los que agradezco enormemente su afecto y su cariño, que mutuamente he compartido con ellos, después de estar lejos de aquí durante 23 años que hace ya trasladé mi residencia a Estepona donde actualmente vivimos. De entre todos ellos me ha calado más el saludo respetuoso, cariñoso y agradecido de muchos de mis alumnas/os, a los que yo ya ni conocía, pero que si me han transmitido su recuerdo y su reconocimiento de que la relación alumno y profesor fue positiva en sigue existiendo en su sentimiento y en su corazón. A todos los fuensanteños, mis paisanos y en particular a todos mis alumnos/as, muchos miles, a lo largo de 27 años de Maestro, un abrazo muy fuerte, muchas gracias por ser tan generosos conmigo y por no haberos olvidado de mi y de mis consejos y enseñanzas.
La feria maravillosa, un ambiente de camaradería, de orden, de alegría y diverdión colectiva: los niños a los caballitos y otras atracciones, los jóvenes a sus bares, sus pub y copicheo, los mayores a la Caseta Municipal o al Casino, más tranquilos, más reposados y por supuesto a bailar y a pasarlo bien que es el objetivo principal de toda feria.
Y para los creyentes, yo creo que en este caso todos los fuensanteños, la visita a la Iglesia, la misa y la procesión de nuestra Virgen de la Fuensanta, que es en definitiva el origen de nuestra feria conocida tradicionalmente como la feria del higo.
Ahora permitidme que haga una comparación, en el tiempo, con la feria de mi juventud y con la feria de hoy.
En los años 1970/1980, la feria era mucho más masiva, la gente, fuesanteños y foráneos inundábamos la Calle Real, la plaza con el baile del Casino, el Paseo de la Fuente con el Patio Andaluz y la carretera con la churrería de los Telleros y las atraciones de feria, desde la víspera, hasta el último día. Eran unas ferias más pobres pero más numerosas, más intensas y más vividas. La razón que entonces había pocas ferias y estas, las más impotantes, había que disfrutarlas a tope.
Ahora en 2023, la feria tiene otros atractivos, es más moderna, más tranquila y la gente huye de ese bullicio de antaño porque fiestas y diversiones tiene muchas y las utiliza a su conveniencia. Hay quien prefiere irse estos días a la playa y dejar los pub, los bailes y las copas para la semana que viene aquí, en Martos o en Jaén, donde pueden ir con su coche a disfrutarlas. Por eso es que ahora la feria está vacía de personal, más tranquila en la calle y menos bulliciosa y extresante.
Y si os digo la verdad a mi aquella feria me gustaba más, seguramente porque yo entonces tenía 20 años y lo que queria y necesitaba era bulla y calle. Ahora a mis 83 años si tuviera que vivirla intensamente y todos los días, esta de ahora sería mi fiesta ideal.
De cualquier manera la Feria sigue, la Virgen nos sigue acompañando y protejiendo, Fuensanta sigue siendo importante, tranquila y emprendedora, y nosotros los fuensanteños, aunque no estemos siempre aquí, como es mi caso, no dudéis que siempre la llevaremos cosida a nuestro corazón.
UN ABRAZO MUY FUERTE