Es triste cuando vemos desaparecer de nuestro alrededor...

EDUARDO
He tenido yo mala suerte con la desaparición de la pandilla de amigos, que nos podíamos considerar íntimos, porque éramos trece y la verdad es que tan solo me quedan tres, uno que está en Barcelona, Antonio Marchal que todavía vive aunque hace más de 50 años que marchó allí y que solo lo he vuelto a ver en dos ocasiones, una que fui yo a su casa y otra que vino él a Fuensanta, otro Manuel Barranco, que se fue a Suiza y del que tan solo he vuelto a saber de él una sola vez que vino también a Fuensanta. Por tanto estos dos están pero no puedo contar con ellos, el único que aún tengo más cerca, aunque en Jaén es Rafael Ansino Peña.
Éramos Manuel Pérez Extremera, Jesús Mendoza Quesada, José Miranda Arias, Rafael Ansino Peña, Eduardo Lara Extremera, Manuel Castro Escabias, Cecilio el Zagalico, Francisco Moriana Collado, Antonio Ocaña López, José Malagón Aguayo y últimamente Paco Mendozalos dos antes citado y yo 14 en total de los cuales quedamos cuatro y en el ámbito del pueblo, como parte de aquella panda solamente Rafa y yo. Una pena porque todos ellos murieron en una edad en la que podían haber permanecido entre nosotros muchos años más ya que muy pocos de los fallecidos lo hicieron con 70 años.
Hoy voy a escribir de mi buen amigo y excelente persona Eduardo Lara Extremera.
Eduardo era una persona seria, un tanto introvertida, cariñoso, y muy amigo de sus amigos. Cuando llegó la hora de tener que buscar un trabajo, una profesión, él se presentó a la Guardia Civil, que aprobó y donde posteriormente se trasladó al sector de tráfico donde hizo su mayor y principal ocupación. Creo termino con la categoría de sargento.
Desarrolló la mayor parte de su servicio en Santa Pola (Alicante) donde yo le visité en varias ocasiones. Se casó con una chica de aquellas tierras, cuyo nombre no recuerdo que era pintora y se llevaban estupendamente. No tuvieron hijos en su matrimonio él falleció hace ya 10 ó 12 años y ella, su esposa, lo hizo unos dos años después.
Eduardo y su familia sufrieron la desaparición de tres miembros de la misma en un accidente de tráfico en el término de Manzanares Ciudad Real, cuando volvían de hacerle una visita a Santa Pola, su padre, su madre y su hermana Carmela aquello supuso una tragedia para ellos y para todo el pueblo porque murieron en el accidente 4 fuensanteños al mismo tiempo ya que el conductor era también vecino de Fuensanta y guardia civil que se traía a sus paisanos de regreso a casa donde él venía de vacaciones.
Eduardo siempre que venía a Fuensanta me buscaba y nos pasábamos los días juntos hablando de nuestra vida y de nuestras cosas y tomándonos unas copas, bien en el pueblo o bien en Martos o Jaén, donde nos desplazábamos para disfrutar de nuestra amistad.
Era una excelentísima persona y lo tengo muy presente en mis recuerdos y en mis oraciones. Descansa en paz amigo Eduardo.

Es triste cuando vemos desaparecer de nuestro alrededor a las personas queridas, ya sean familiares o amigos.
Tenemos la equivocada idea de que "por ley de vida" tenemos que llegar todos a una determinada edad, y no es así, no nos educan para morir, y sin embargo cada uno llegamos a este mundo con un billete que tiene fecha de caducidad, unos mas tarde, otros mas temprano, esto último lo aceptamos mal, pero es así.

Por eso hay que trata de vivir el momento, las pequeñas cosas de cada día, la familia, los niños, una excursión, una cena, los cumpleaños, las bodas.... donde nos reunimos todos, momentos cotidianos, disfrutarlos, vivirlos a tope, que la vida son cuatro días y dos lloviendo.

Saludos MANUEL