ENTRE LAS NIEBLAS DEL DUERO...

ENTRE LAS NIEBLAS DEL DUERO
Seguir andando camino, entre sombras del deshielo, y recordar el buen signo de cualquier hombre y su suelo. Entre las nieblas del Duero el tiempo se va marchando, es un grito pendenciero que el tiempo nos deja andando. Soñamos con ver la niebla en los días de bonanza, luego la vista retiembla al querer hacer balanza. En estos días de niebla que soñamos esperanza, el corazón siempre tiembla sin entender de su danza, La niebla viene deprisa, la niebla tiene su marca, es esa penosa brisa que con el frío se embarca. El Duero marcha tranquilo, sin soñar con destemplanza, sobre su brisa perfilo una bonita templanza. Carreteras con peligro, curvas que son inmediatas, la vida te pega el giro donde no valen erratas. Desde Arévalo hacía arriba la niebla va alborotada, y dicen que en Tordesillas el Duero guarda su calma. Entre pinos piñoneros la niebla no se levanta, son días tan agoreros que ver la niebla te espanta. Vas mirando el horizonte como una bruja endiosada, echando la vista al monte temes a la madrugada. La niebla se ve cerrada estos días de noviembre, es una sombra quemada que va buscando a diciembre. El Duero suelta su brisa a las tres de la mañana, dicen que no tiene prisa en su tarde tan profana. Esos pinos piñoneros que buscan siempre la calma, no se ven aventureros ni pudieran tener alma. El Duero baja cantando esa eterna melodía, sus aguas siguen brillando sin ser las claras del día. G X Cantalapiedra.