EL HOMBRE PERDIO LA MEMORIA
Eran las cinco de la tarde de un día del mes de noviembre, y aquel hombre con sus ochenta años cumplidos, le comentó a su esposa. Me voy a dar unas vueltas alrededor de la casa, Eso pensaba en aquel momento, pero el hombre se marchó caminando, hasta las afueras de Madrid capital, el hombre tenía principio de perder su memoria, su esposa estaba pendiente de él, aunque el hombre no le gustaba que le tuviera en casa recluido, y en aquel momento su cerebro solo le mandaba andar sin freno ninguno, su esposa pasada una hora salió a buscarle, nadie la daba señales de su marido, era como si se hubiera evaporado, llano a La Policía Municipal, tomaron nota de la desaparición, aunque era poco el tiempo pasado para saber algo de tan misteriosa escapada. El hombre aquel se vio perdido, pero, aunque preguntó alguna persona, nadie le explico lo que debiera de hacer, después de empezar a ser de noche, el hombre camino sin dirección a su domicilio, y parece ser que se le ilumino su cerebro enfermo, y cogió su carnet de identidad, y parando a un TAXI, le indico al taxista que le llevara aquel domicilio, cosa que el taxista sin tardar le llevo hasta su casa, al llegar a la puerta de su casa, su esposa le estaba esperando, y dándose cuenta de su desgracia, ni le lanzo ninguna queja, el hombre solo supo decir, Madrid ha creído demasiado, y me debí de perder por esos barrios nuevos, que no se como se llaman. El Alzheimer avanza sin descanso, y en las personas mayores quizá más deprisa, Las grandes capitales saben lo que supone esta maldita enfermedad, aunque en los lugares más pequeños se padece lo mismo. G X Cantalapiedra.
Eran las cinco de la tarde de un día del mes de noviembre, y aquel hombre con sus ochenta años cumplidos, le comentó a su esposa. Me voy a dar unas vueltas alrededor de la casa, Eso pensaba en aquel momento, pero el hombre se marchó caminando, hasta las afueras de Madrid capital, el hombre tenía principio de perder su memoria, su esposa estaba pendiente de él, aunque el hombre no le gustaba que le tuviera en casa recluido, y en aquel momento su cerebro solo le mandaba andar sin freno ninguno, su esposa pasada una hora salió a buscarle, nadie la daba señales de su marido, era como si se hubiera evaporado, llano a La Policía Municipal, tomaron nota de la desaparición, aunque era poco el tiempo pasado para saber algo de tan misteriosa escapada. El hombre aquel se vio perdido, pero, aunque preguntó alguna persona, nadie le explico lo que debiera de hacer, después de empezar a ser de noche, el hombre camino sin dirección a su domicilio, y parece ser que se le ilumino su cerebro enfermo, y cogió su carnet de identidad, y parando a un TAXI, le indico al taxista que le llevara aquel domicilio, cosa que el taxista sin tardar le llevo hasta su casa, al llegar a la puerta de su casa, su esposa le estaba esperando, y dándose cuenta de su desgracia, ni le lanzo ninguna queja, el hombre solo supo decir, Madrid ha creído demasiado, y me debí de perder por esos barrios nuevos, que no se como se llaman. El Alzheimer avanza sin descanso, y en las personas mayores quizá más deprisa, Las grandes capitales saben lo que supone esta maldita enfermedad, aunque en los lugares más pequeños se padece lo mismo. G X Cantalapiedra.