CUANDO FALLAN LOS MOTIVOS
Aquella joven mujer tuvo tentado su marcha, no queriendo padecer ni pedir jamás revancha. Casada con mucha prisa para recoger su dote, luego sufriendo esa brisa que llegaba de revote. Eran tiempos sin divorcio, era soñar la esperanza, era ver el matrimonio como una mala balanza. Cuando no queda remedio, si no nos queda otra danza, por el camino del medio se nubla cualquier templanza. Ojos que miran al cielo, sin ver clara la bonanza, de nada sirve el consuelo si el ambiente es otra danza. Las promesas se acabaron el destino es cosa rara, las frases que se alabaron no ven las horas tan claras. Un hombre sigue pensando más allá de las murallas, y solo se ve penando si recuerda sus batallas. Cada día es un calvario para la joven que amaba, es sufrir siempre a diario alguna palabra ufana. Las palabras se han borrado, los amores se marchaban, todo queda recordado en las mentes que clamaban. Se pierden las esperanzas de una vida renovada, y se alejan las templanzas de alguna tarde añorada. Los caminos del olvido nunca son metas marcadas, el corazón deprimido tiembla con la madrugada. Olvidar parece fácil cuando te sobran almohadas, más si la conciencia es frágil ves las noches marginadas. Cuando fallan los motivos, cuando reina la distancia, te sobran los adjetivos y la futura elegancia. No mires al alto cielo, no reniegues hoy por nada, ni sueñes con algún vuelo en la tarde desgarrada. Cuando te sobran razones para no llorar por nada, te sobrarán condiciones viendo tu vida acabada. Los misterios siguen vivos, alguien los viene azuzando. sin conocer los motivos el ayer se va olvidando. Sin presumir de dinero, con la cruz de algún calvario, es sentirte caballero sin hablar de tu diario. Es un notar que eres libre, sin ser potro desbocado, sobre el caminar se escribe algún sueño iluminado. G X Cantalapiedra.
Aquella joven mujer tuvo tentado su marcha, no queriendo padecer ni pedir jamás revancha. Casada con mucha prisa para recoger su dote, luego sufriendo esa brisa que llegaba de revote. Eran tiempos sin divorcio, era soñar la esperanza, era ver el matrimonio como una mala balanza. Cuando no queda remedio, si no nos queda otra danza, por el camino del medio se nubla cualquier templanza. Ojos que miran al cielo, sin ver clara la bonanza, de nada sirve el consuelo si el ambiente es otra danza. Las promesas se acabaron el destino es cosa rara, las frases que se alabaron no ven las horas tan claras. Un hombre sigue pensando más allá de las murallas, y solo se ve penando si recuerda sus batallas. Cada día es un calvario para la joven que amaba, es sufrir siempre a diario alguna palabra ufana. Las palabras se han borrado, los amores se marchaban, todo queda recordado en las mentes que clamaban. Se pierden las esperanzas de una vida renovada, y se alejan las templanzas de alguna tarde añorada. Los caminos del olvido nunca son metas marcadas, el corazón deprimido tiembla con la madrugada. Olvidar parece fácil cuando te sobran almohadas, más si la conciencia es frágil ves las noches marginadas. Cuando fallan los motivos, cuando reina la distancia, te sobran los adjetivos y la futura elegancia. No mires al alto cielo, no reniegues hoy por nada, ni sueñes con algún vuelo en la tarde desgarrada. Cuando te sobran razones para no llorar por nada, te sobrarán condiciones viendo tu vida acabada. Los misterios siguen vivos, alguien los viene azuzando. sin conocer los motivos el ayer se va olvidando. Sin presumir de dinero, con la cruz de algún calvario, es sentirte caballero sin hablar de tu diario. Es un notar que eres libre, sin ser potro desbocado, sobre el caminar se escribe algún sueño iluminado. G X Cantalapiedra.