AQUEL PASTOR CASTELLANO...

AQUEL PASTOR CASTELLANO
Con sus ovejas merinas y sus alforjas al hombro, aquel pastor castellano que su oficio le sentía, aquel hombre tan humano por sus ovejas moría. Trasnochaba en el verano y buscó la luz del día, era hermoso su rebaño repleto de fantasía. Caminaba por rastrojos, mientras la lluvia venía, tuvo molestos sus ojos sin pensar en la agonía. Por el Camino del Puerto iba pastando un buen día, siempre viviendo el acierto de su buena sintonía. Sus ovejas vegetando rumiaban con alegría, y los corderos balando te daban los buenos días. Aquel pastor castellano cargado de letanía, llevaba sobre su mano una piedra que cogía. Sus perros muy cuidadosos eran la luz de su vida, en sus pasos orgullosos llevaba la frente erguida. Por El Camino de La Peña, y La Poza La Veguilla, su vida siempre risueña era joven y sencilla. Dicen que por Mal Pasillo una tormenta venía, y aquel pastor tan sencillo nos demostró su valía. Pastoreando en las eras cuando cortos son los días, esperaba primaveras cargadas de lluvias frías. Su vida toda en el campo, repleta de grises días, jamás le vi soltar llanto ni comentar agonías. Amante de su familia que bien poco la veía, el campo todo lo lía y más en la noche fría. Subiendo El Calvario Viejo, las ovejas presentían, esas cosas tan complejas que en las fraguas se decían. Eran tiempo de esperanza, queriendo vivir la vida, hoy solo queda añoranza de aquella ruta querida. Los Caminos Lasecanos supieron de aquella vida, los pastores más humanos tuvieron tierra querida. El Camino de Los Perros, cerca de La Palomina, con La Cuesta de Lutero y buscando alguna encina. Por Valtarre busco hierbas a la vez de alguna espiga, el pastor no quiere pegas, es oficio de fatigas. Bien venidos los pastores, por las tierras de Castilla, ellos serán los señores de un campo de maravilla. G X Cantalapiedra.