SUBIENDO A LA GRANJA...

SUBIENDO A LA GRANJA
Aquel hombre ya jubilado, diariamente subía hasta donde estuvo la Cruz de La Granja en el pico de su cima, era para demostrarse que le quedaban fuerzas para llegar hasta allí. El paisaje era de fantasía, debajo se veían hasta las cruces del Cementerio, y toda la Vega de La Perdiz, El hombre aquel echaba en falta aquella Cruz de madera que parece que un rayo de tormenta a últimos de junio, la destrozó por completo, en el año 1963, Aquella época en La Seca todo eran desgracias, Se había quemado el Ayuntamiento, el año 1961, La Torre con la iglesia el año siguiente, y las bodegas se inundaron digamos que todas del valle que eran la mayoría de las viviendas, todo parecía normal, eran tiempos de emigración no tan forzosa, pero necesaria. Este hombre jubilado se forzaba por subir cada día, más una mañana del mes de enero, las piernas le empezaron a fallar, y desde la ladera veía la Plazoleta del Rancho. El hombre cogió miedo y decidió volverse a su casa si ver su viaje a la cima cumplido, no comentó a nadie su flojera, pero en su mente sentía el peso de los años, él que de niño subía y bajaba sin ningún problema ni cansancio, y su vista la alegraba viendo todo aquel valle de donde procedían sus antepasados, y que el hombre este tenia metido en su cerebro, Cuando pasaron los días intento de nuevo volver a subir, pero fue lamentable su esfuerzo, el corazón le latía con saltos que le hacían pensar en algo grabe, pensó sentarse y esperar, y parece que La Madre Naturaleza le ayudo para continuar a la cima, desde allí empezó mirando todo aquel valle incluso El Faro de San Roque, y sentirse a gusto con todo el contorno, y empezó despidiéndose de aquel lugar tan visitado por él, su despedida era un lamento a la edad que tenía, pero sabía de sobra que volver a subir a la cima le podría costar caro, por eso en ese momento se despedía sin otra formula mejor que decir hasta siempre, te llevo en mi corazón muy dentro, El hombre cada día seguía mirando a su cima, pero sin querer volver a subir dicha cuesta. Quizá los misioneros que pusieron Aquella Cruz, después de la guerra incivil, pensaron que subir hasta arriba era una fuerza de voluntad muy grande. G X Cantalapiedra. 4 – 4 – 2024.