PARA ARRINCONAR EL VIRUS EN MADRID.
Tenemos muchos motivos, para pensar en fracasos, viendo que incluso en festivos no respetamos los pasos. Seguimos sin mascarillas por las calles conversando, vemos perros en cuadrillas con sus dueños relajando. Visito supermercados, tiemblo cuando estoy comprando, viendo que sin mascarillas a ti se vienen juntando. Sin guantes ni protecciones no se puede arrinconarlo, el virus tiene visiones de aquí seguir machacando. Si no tomamos conciencia entre gobernantes raros, sufriremos con paciencia los virus que dan descaros. Hacen falte algunas leyes, para obligar sin desmayo, a todos que se ven reyes antes que llegará mayo. Sin precauciones debidas, la peste sigue su llanto, temiendo las condiciones de sufrir los sobresaltos. La peste del siglo veinte dejó los campos llorando, animales y personas allí fueron enterrando. De poco vale la historia cuando se olvidan sus daños, hablan que si la memoria nada entiende de los años. Madrid con virus presente, que no se ve arrinconado, seguirá cayendo gente sin poder verse salvado. Mascarillas obligadas, en ascensores andando, hay misiones complicadas que puedes ir abrazando. No vale gritar al viento al ver gentes sin reparo, que piensan que el sufrimiento es del vecino de al lado. Los que soñamos barreras por no vernos contagiados, notamos vivir quimeras en lugares encantados. Hay que poner los remedios, antes de sufrir los palos, hoy que tenemos los medios no busquemos los halagos. Madrid se siente con pena, al ver al virus campando, existe la gente buena que todo va respetando. Rompamos esa cadena para poder enmendarlo, mascarillas que le frena para poder apartarlo. El virus sigue su marcha como un diablo dislocado, y al que le coge le engancha pudiendo ser torturado. Por favor las mascarillas hay que llevar con cuidado, que sin ser las maravillas, te dejaran resguardado. Tomemos todos conciencia, el virus no está anulado, nos lo publica la ciencia en este tiempo dañado. G X Cantalapiedra. 9 - 5 – 2020.
Tenemos muchos motivos, para pensar en fracasos, viendo que incluso en festivos no respetamos los pasos. Seguimos sin mascarillas por las calles conversando, vemos perros en cuadrillas con sus dueños relajando. Visito supermercados, tiemblo cuando estoy comprando, viendo que sin mascarillas a ti se vienen juntando. Sin guantes ni protecciones no se puede arrinconarlo, el virus tiene visiones de aquí seguir machacando. Si no tomamos conciencia entre gobernantes raros, sufriremos con paciencia los virus que dan descaros. Hacen falte algunas leyes, para obligar sin desmayo, a todos que se ven reyes antes que llegará mayo. Sin precauciones debidas, la peste sigue su llanto, temiendo las condiciones de sufrir los sobresaltos. La peste del siglo veinte dejó los campos llorando, animales y personas allí fueron enterrando. De poco vale la historia cuando se olvidan sus daños, hablan que si la memoria nada entiende de los años. Madrid con virus presente, que no se ve arrinconado, seguirá cayendo gente sin poder verse salvado. Mascarillas obligadas, en ascensores andando, hay misiones complicadas que puedes ir abrazando. No vale gritar al viento al ver gentes sin reparo, que piensan que el sufrimiento es del vecino de al lado. Los que soñamos barreras por no vernos contagiados, notamos vivir quimeras en lugares encantados. Hay que poner los remedios, antes de sufrir los palos, hoy que tenemos los medios no busquemos los halagos. Madrid se siente con pena, al ver al virus campando, existe la gente buena que todo va respetando. Rompamos esa cadena para poder enmendarlo, mascarillas que le frena para poder apartarlo. El virus sigue su marcha como un diablo dislocado, y al que le coge le engancha pudiendo ser torturado. Por favor las mascarillas hay que llevar con cuidado, que sin ser las maravillas, te dejaran resguardado. Tomemos todos conciencia, el virus no está anulado, nos lo publica la ciencia en este tiempo dañado. G X Cantalapiedra. 9 - 5 – 2020.