Test de ortografía: las 25 palabras que dices mal,...

Test de ortografía: las 25 palabras que dices mal, pero no lo sabes.

Los expertos de Rubio identifican los 25 barbarismos que pasan desapercibidos en el día a día.

ABC Familia.

Actualizado:

28/01/2019 10:31h.

Cuentan que la palabra barbarismo proviene del latín, de barbarismus que significa «extranjero», y hace referencia a las dificultades que tenían las personas forasteras de hablar el idioma propio de la región a la que llegaban. En la actualidad, los barbarismos se definen, según la RAE, como «una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios».

El habla oral e informal, la creación de nuevas palabras, la similitud de unas palabras con otras… Según los expertos pedagogos de Rubio, editorial de cuadernos didácticos, existen multitud de razones que pueden ocasionar el surgimiento de nuevos barbarismos, dependiendo de la modificación que sufra el vocablo.

Tipos de errores
Existen cuatro grandes clases de barbarismos, entre los que se encuentran los prosódicos, sintácticos, ortográficos y analógicos. Los expertos los dividen dependiendo si el error es de dicción, de concordancia o construcción de las palabras, de fallos ortográficos o, incluso, si se da debido a la adopción de palabras de otros idiomas.

Estos son, según los expertos de Cuadernos Rubio, los 25 barbarismos más populares y que además utilizamos sin darnos cuenta:

«Idiosincracia». Lo correcto es idiosincrasia

«Preveer». Lo correcto es prever.

«Beneficiencia». Lo correcto es beneficencia.

«Visicitud». Lo correcto es vicisitud.

«Suscinto». Lo correcto es sucinto.

«Aférrimo». Lo correcto es acérrimo.

«Excéptico». Lo correcto es escéptico

«Convalescencia». Lo correcto es convalecencia.

«Discrección». Lo correcto es discreción.

«Esplanada». Lo correcto es explanada.

«Innundación». Lo correcto es inundación.

«Fideligno». Lo correcto es fidedigno.

«Fregaplatos». Lo correcto es friegaplatos.

«Inexcrutable». Lo correcto es inescrutable.

«Misógeno». Lo correcto es misógino.

«Prevadicación». Lo correcto es prevaricación.

«Subrealista». Lo correcto es surrealista.

«Sujección». Lo correcto es sujeción.

«Transtornado». Lo correcto es trastornado.

«Exalar». Lo correcto es exhalar.

«Exhuberante». Lo correcto es exuberante.

«Exumar». Lo correcto es exhumar.

«Exausto». Lo correcto es exhausto.

«Exibir». Lo correcto es exhibir.

«Exortar». Lo correcto es exhortar.

Consejos para evitar incorrecciones
Para evitar las incorrecciones en el habla y la escritura, el equipo de Rubio propone los siguientes consejos:

La confusión de consonantes con fonemas similares es un problema muy habitual tanto en mayores, como en pequeños. Los ejemplos más sonados son la confusión entre la «B» y la «V» (estava, en lugar de estaba), entre la «J» y la «G» (extrangero, en lugar de extranjero) o la «X» y la «S» (esplanada, por explanada).

Algunos prefijos como «sub» o «trans» pueden dar lugar a confusión, como por ejemplo decir «subrealista«, en lugar de surrealista, o «transtornado» en lugar de trastornado. Algunos ejemplos de buen uso de estos prefijos serían las palabras submarino o transatlántico.

Las palabras que incluyen la grafía «XH» son usualmente escritas de forma incorrecta, dada la no sonoridad de la letra «H». Como muestra de ello, tenemos exalar, en lugar de exhalar; exhuberante, en lugar de exuberante; o exhorbitante, en lugar de exorbitante.

Los fallos de concordancia o de construcción de las palabras son muy comunes, especialmente los errores relacionados con el género o número. El plural de pies se mantiene igual, sería un error escribir pieses, o el género como la mar o la calor, en lugar de «el mar» o «el calor».

En ocasiones, los extranjerismos también son considerados como barbarismos. Algún ejemplo de este tipo de palabra son el famoso fútbol, que proviene de la palabra inglesa «football», o baguete, de la palabra francesa «baguette».

Así pues, los pedagogos de la firma recomiendan la lectura como método principal para evitar estas confusiones, ya que cuando posamos la vista sobre una misma palabra en repetidas ocasiones, nuestro cerebro la asimila más rápidamente y es capaz de almacenarla y utilizarla con propiedad.

Este ejercicio es especialmente importante en el caso de los niños, quienes deben trabajar desde la base para adquirir competencias de una buena escritura y un uso correcto del lenguaje.

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