MUJERES TRABAJADORAS DE GALICIA
Trabajadoras gallegas
que conocen los sudores,
mujeres que no se pliegan
a machistas soñadores.
Mujeres que dejan huellas
en los caminos gallegos,
mientras las nostalgias bellas
no rompen nunca los pliegos.
Reclamando sus derechos
sin complejos ni locuras,
vienen luchando con hechos
para borrar amarguras.
El machismo intolerante
viene con signos de guerra,
y se convierte arrogante
en los modales que encierra.
Mujeres que son dulzura
en esas tierras gallegas,
vienen buscando cultura
pero nunca van a ciegas.
Mujeres que van buscando
igualdades de bandera,
mientras contemplan luchando
alguna vieja barrera.
El machismo sigue vivo
por los caminos de España,
no precisa el adjetivo
de hacer la mujer huraña.
Galicia sigue su curso
entre grandes conserveras,
la mujer es el recurso
de hacer bellas las esperas.
El fanatismo machista
va buscando siempre guerra,
y se siente tremendista
cuando a su esposa dan tierra.
G X Cantalapiedra.
8 – 3 – 2020.
Trabajadoras gallegas
que conocen los sudores,
mujeres que no se pliegan
a machistas soñadores.
Mujeres que dejan huellas
en los caminos gallegos,
mientras las nostalgias bellas
no rompen nunca los pliegos.
Reclamando sus derechos
sin complejos ni locuras,
vienen luchando con hechos
para borrar amarguras.
El machismo intolerante
viene con signos de guerra,
y se convierte arrogante
en los modales que encierra.
Mujeres que son dulzura
en esas tierras gallegas,
vienen buscando cultura
pero nunca van a ciegas.
Mujeres que van buscando
igualdades de bandera,
mientras contemplan luchando
alguna vieja barrera.
El machismo sigue vivo
por los caminos de España,
no precisa el adjetivo
de hacer la mujer huraña.
Galicia sigue su curso
entre grandes conserveras,
la mujer es el recurso
de hacer bellas las esperas.
El fanatismo machista
va buscando siempre guerra,
y se siente tremendista
cuando a su esposa dan tierra.
G X Cantalapiedra.
8 – 3 – 2020.