Hola Juan bienvenido a casa, que recuerdos tan tristes...

Esto no es un juego, ni una adivinanza, ni para saber quien miente o dice la verdad esto es para poner a trabajar eso que tenemos en la cabeza (el celebro yo lo considero como un gran ordenador porque va archivando todos los procesos y los recuerdos de nuestra vida) yo me acuerdo de muchas cosas que otras personas teniendo muchos mas años no se acuerda de ellos, eso pasa porque esos son mis recuerdos.
Yo guardo unos recuerdos que podía tener unos cuatros años estos son de mi padre todas las tardes le hacíamos mi hermano y yo la espera cuando venia de trabajar siempre me traía una flor y me llevaba de vuelta a casa sobre sus hombros
UN SALUDO
¿SE ATREVÉIS A PONER VUESTRA MEMORIA Y HASTA DONDE PODÉIS RECORDAR?

Seve, Carlos, Antonia María, todos! hola!
¿La memoria? estoy convencido de que, la mía despertó a los tres años: una ventana pequeña mirando hacia el Norte hacia una antigua ciudad, luces en el cielo, luces que al instante se apagaban y y estruendos que traía ael viento del Norte. Roncas voces en las noches. Aviones volando muy bajos a los que tiábamos piedras, mujeres que corrían a la cueva, con sus hijos bajo el brazo. Hombres vestidos todos de la misma manera y otros ausentes. Entre los primeros, algunos heridos sentados en los bancos de piedra...
Los reyes magos llegarían mucho después y no para todos. Niños que jugábamos a la guerra. Creo que ya empezaba a soñar y "guardé los sueños" de arados taladrando los surcos conducidos por los viejos o adolescentes, abandonados a veces por ruidos de maquinas de hierro: maquinas ruidosas. Los hombres que vestían de la misma manera, abrían zanjas, en la vega el el Valecillo. Los niños corrían detras de las maquinas que aplastaban la tierra, y latas y botes que arrojabamos a su paso. Luego se perdieron en la llanura.
Y a mas recordar, bajo la negra chimenea, donde la abuela hurgaba las brasas, donde al amor de la lumbre todo era silencio, donde a la luz del candil, se alumbraba alguna lágrima que rodaba por el rostro de mi madre, y qu si la preguté, decía que era el humo que despredía la lumbre que chisporroteaba, y dejaba escapar pavesas que trepaban poe el hueco de la chimenea.
Y los hombres que vestían igual, arrojaban garbanzos algunas veces, y de nuestros pequeños dedos los cogíamos entre los maderos, y el "Tío Cirilo" nos reñía... Y me he preguntado algunas veces por que. Como también me pregunaba después porque no respondían a mis preguntas... Y si me respondería yo mismo después.
Hoy se nos dice a los niños viejos olvidar. olvidar las flores aplastadas. aquella naranja que me daba aquel hombre del que decía mi abuela era una buena persona, y que era de Extremadura, y mas allá de un campo muy grande, donde estaba mi padre. Si que era muy bueno aquel hombre grandullón de agarraba mi mano de su mano grande, y de la otra, me daba una nananja que compartía con mi hermana que era muy pequeñita, y que mi madre decía que me la comiera yo solo.
Y no había Navidades, ni Belenes, Ni Reyes Magos, y muy poco sobre aquella mesa coja en aquella negra cocina.
Tardarían mucho en llegar los reyes magos, y si llegaría mi padre, de el que me acordaba me sentaría en sus rodillas, un día que vino de mas allá de los grandes campos que contaba mi abuela.
libertad.

Hola Juan bienvenido a casa, que recuerdos tan tristes dejan las guerras, mi abuela me contaba muchas historias de la nuestra, a mí me gustaba escucharla, siempre terminaba diciendo: OJALA QUE NUNCA TENGAS QUE CONOCER UNA, esa frase la tengo muy presente, no se me olvidará nunca.
UN SALUDO