Buenas dias Cabrero - Dos
Agradecido por su saludo e invitacion, encantado de seguir participando y aprendiendo de ustedes. Un gran abrazo a mi hermosa y querida Andalucia (le escribe un poema que se lo envie hace un buen tiempo). Le envio un poema dedicado a los labradores del campo. Un caluroso saludo
“Labrador”
El agua y acequia cómplices del licor
libado con la sonrisa de la esperanza,
ella transcurre entre los riachuelos
de la vida, con oxigeno y nitrógeno
del todo pasa.
La arena espera silenciosamente
como hembra hambrienta
de los soplos caricias del galán viento,
entonces las añoranzas danzan el son de la luna.
El hombre con su diario ritual,
como superstición que mañana será mejor,
es la tierra misma que late,
sus colores no tienen tiempo,
ayer, hoy, futuro; el baile de siempre.
El fuego enciende la supervivencia,
calienta los sentimientos
el andar de los caballos
es la música de los caminos,
los seres van trascurriendo
como sauces aferrados a su suelo.
Las aves vuelan seguras,
plenas de libertad, desafiando al miedo
acariciando ese infinito
que las almas solo pueden sentir
con lluvia y trueno
la alfombra esta tendida para el sueño.
Enrique Horna
Agradecido por su saludo e invitacion, encantado de seguir participando y aprendiendo de ustedes. Un gran abrazo a mi hermosa y querida Andalucia (le escribe un poema que se lo envie hace un buen tiempo). Le envio un poema dedicado a los labradores del campo. Un caluroso saludo
“Labrador”
El agua y acequia cómplices del licor
libado con la sonrisa de la esperanza,
ella transcurre entre los riachuelos
de la vida, con oxigeno y nitrógeno
del todo pasa.
La arena espera silenciosamente
como hembra hambrienta
de los soplos caricias del galán viento,
entonces las añoranzas danzan el son de la luna.
El hombre con su diario ritual,
como superstición que mañana será mejor,
es la tierra misma que late,
sus colores no tienen tiempo,
ayer, hoy, futuro; el baile de siempre.
El fuego enciende la supervivencia,
calienta los sentimientos
el andar de los caballos
es la música de los caminos,
los seres van trascurriendo
como sauces aferrados a su suelo.
Las aves vuelan seguras,
plenas de libertad, desafiando al miedo
acariciando ese infinito
que las almas solo pueden sentir
con lluvia y trueno
la alfombra esta tendida para el sueño.
Enrique Horna