LA VARA DE LA CAMA, Literatura

LA VARA DE LA CAMA

Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvíaaaaa.
Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvíaaaaa.

Si no fuera por las olas, caramba, ay de pena moriría, caramba.
Si no fuera por las olas, caramba, Santa Marta moriría caramba.

Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren,…

Canturreaba la señora Matilde junto a la cama, sosteniendo en su mano izquierda un pico de la sábana, al tiempo que tiraba hacia sí de ella y con su mano derecha sujetaba la vara que sostenía en su otro extremo la otra punta de la tela, la cual doblada sobre ella y llevaba hacia la cabecera de la cama.

Colocado así en su sitio el extremo opuesto al que ella tenía en su mano, éste lo posaba al tiempo que lo estiraba hacia ella, de modo que el embozo quedara recogido a la altura de la cabecera.

… pero no tiene tranvía.

Las mujeres, las mujeres colombianas, las mujeres colombianas no saben ni dar un beso…

La buena mujer seguía con su canturreo y su tarea. Cogía la manta con las dos manos y elevándola, la sacudía, para en el aire quedar extendida, dejándola después reposar suavemente sobre la cama.

Ayudándose con la vara, ya que la evitaba dar varias vueltas en rededor de la cama, extendía las puntas de la manta, tanto las de los pies como de la cabecera, haciéndolo de la misma forma que anteriormente lo había hecho con la sábana, y dejaba el borde superior a la altura del embozo de ésta, el cual, acto seguido lo estiraba sobre la manta, a la inversa de como lo había llevado hasta allí, o sea, hacia los pies, plisándolo sobre ella misma y dejándolo bien estirado hacia los laterales y sobre la manta.

…Las mujeres, las mujeres bogotanas, las mujeres bogotanas no saben ni dar un beso.

Seguía, y se dirigía a coger la colcha para, haciendo la misma maniobra que con la manta, dejarla extendida sobre ésta. Se volvía a ayudar de la vara para extender sus puntas, primero las de los pies de la cama y después las de la cabecera. Estas las dejaba bien estiradas a uno y otro lado, tanto arriba como abajo, dejando la parte superior recogida sobre sí misma, sobre el embozo, con la vara por debajo de ella.

En cambio las españolas, caramba, besan con mucho embeleso, caramba.

En cambio las gaditanas, caramba, besan con mucho embeleso, caramba.

Cogía la almohada, la sacudía dándola unos cuantos manotazos para desapelmazar la lana y la extendía a lo ancho de la cama sobre la cabecera.

Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía.
Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía.

Si no fuera por las olas, caramba. Yo de pena moriría, caramba…

Tomaba un extremo de la colcha con la mano izquierda y con la derecha el otro conforme estaba vuelto sobre la vara y los subía por encima de la almohada, reposando aquélla sobre ésta. La estiraba y pasaba punta de la vara sobre la colcha para entremeterla un poco bajo la almohada.

Daba un rodeo a la cama para ir entremetiendo los bordes de sábanas y manta bajo el colchón y dejando colgar la colcha sobre los bordes daba por finalizada la tarea.

…Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía.

“laralara laralara”, caramba,” trilorilo rilorilo”, caramba…

Se llegaba hasta la puerta y según se disponía a salir, con semblante satisfecho echaba un vistazo sobre la cama, para admirar, aparte de su obra bien hecha, la belleza de la colcha de seda color turquesa con bordados dorados y plateados, regalo que su cuñada Mariana la había traído desde Londres y que sobre la cama lucía cual tálamo de reyes.

Apoyaba la vara verticalmente en el rincón de la habitación, tras de la puerta, y se disponía a seguir con sus quehaceres diarios domésticos.

…si no fuera por las olas, caramba, Santa Marta moriría, caramba.