Si no hubiera sido por esta foto que descubrí ayer buscando trasladar una bonita imagen de, Literatura

Si no hubiera sido por esta foto que descubrí ayer buscando trasladar una bonita imagen de mi pueblo de infancia... no habría puesto este poema. Escrito para mis niños que siempre me acompañaban jugando en aquella plaza. Nunca nos queríamos ir a casa. El tiempo era nuestro y lo aprovechábamos de la mejor manera posible. No nos cansábamos nunca aunque luego tuviésemos que llegar tarde a casa y ponernos a hacer las tareas. Otra bendición, pues mi madre estaba encantada que la acompañara mientras ella recogía la cocina. Y me decía, leéme el cuento de ayer que me gustó mucho. Y las dos pasábamos el tiempo cuando ya todo estaba en silencio. ¡Tiempos aquellos!
Este poema es intocable, ni se me va a ocurrir tocarlo. Para mi es sagrado.

TIEMPO DE RECUERDOS EN LA PLAZA

El reloj de mis recuerdos
da las diez
y los niños de mis sueños
no quieren volver,
no quieren saber
que ha acabado el día,
no quieren volver
a sus camitas, donde el sueño
cerrará sus ojos a sus juegos
y el cansancio recorrerá sus cuerpos
dejándoles ya quietos.

¿A dónde irán sus sueños
al llegar de nuevo la mañana?

¿A dónde irán sus miradas
a curiosear con sus ojitos llenos?

El reloj ya no detiene
su acelerado paso,
va corriendo
y se desliza matizando las sienes
ya para siempre de nieve.
¡Ya para siempre de nieve!

Carmen García