DE UN HILO...

DE UN HILO

- ¿Desde cuando llevas aquí?
- ¡No lo sé! El coche no funciona, creo que desde ayer.
-Tienes una herida en la cabeza. ¿Te duele?
-No
- ¿Hacia dónde te dirigías y de dónde venías? Pues con los garabatos que han marcado los neumáticos en el asfalto, no hay forma de saberlo.
-Iba hacia Sepúlveda, a pasar la Navidad con mi familia, venía de Madrid.

El hombre no dijo nada. No hubiese sabido que decirle, pues justo ayer había sido día de Reyes.
Un palmo escaso de tierra más allá, el oscuro fondo del barranco, 200m abajo, tensaba el hilo que había atado al vehículo. Al tiempo que los llamaba, tiró de él.