¿Que se me ocurrirá de las abuelas? ¿Que de mi abuela? ¿Que del otoños aquel cuando el olmo (hoy desaparecido) en la explanada del cementerio, se desnudaba de sus hojas?
FUE UN OTOÑO...
Se callaban los olmos:
goteaban hojas la enrramada.
Los labios de la brisa goteaban
lágrimas. También callaba el Cielo
y en la tierra parda parpadeaban.
Mis corceles mas tiernos
el lágrimas galopaban...
Fue cuando me la arrebató
el silencio, en una noche serena.
Cuando se apagó la voz
tuya mi sabia abuela.
Solo: me encontré tan solo
entonces la tarde aquella,
que me guarde el dolo todo
y para siempre en la gran senda.
! Dios que silencios tan penosas
dejó en su rincón la rueca!
Fue un otoño: lloraban
por los suelos hojas secas...
Tomé sus manos heladas
y grite;! despierta abuela!
Pero su voz no llagaba
a mi voz llena se pena.
! Que soledad me embargaba
cuando llanto de azucenas!
Me guardé: guardé sus rezos
y enseñanzas primeras,
y me acompañaron luego
por las mil calles y sendas
en otros tantos silencios
para los que pedía licencia
para guardar en mi pecho
toda una vida entera...
Y abuela poder hablarte
cuando amanecieran tristezas.
Cuando te llevaron lejos,
no fue una tarde cualquiera.
se mizo noche, miré al cielo
y te vi dulce, serena
contándome cuentos buenos
de tu mejor sementera...
y prestándome tu pañuelo
cuando lágrimas muy enteras
eran rezo hacia tus rezos.
Ramos de mil lunas, verso
de las lunas llenas.
libertad.
FUE UN OTOÑO...
Se callaban los olmos:
goteaban hojas la enrramada.
Los labios de la brisa goteaban
lágrimas. También callaba el Cielo
y en la tierra parda parpadeaban.
Mis corceles mas tiernos
el lágrimas galopaban...
Fue cuando me la arrebató
el silencio, en una noche serena.
Cuando se apagó la voz
tuya mi sabia abuela.
Solo: me encontré tan solo
entonces la tarde aquella,
que me guarde el dolo todo
y para siempre en la gran senda.
! Dios que silencios tan penosas
dejó en su rincón la rueca!
Fue un otoño: lloraban
por los suelos hojas secas...
Tomé sus manos heladas
y grite;! despierta abuela!
Pero su voz no llagaba
a mi voz llena se pena.
! Que soledad me embargaba
cuando llanto de azucenas!
Me guardé: guardé sus rezos
y enseñanzas primeras,
y me acompañaron luego
por las mil calles y sendas
en otros tantos silencios
para los que pedía licencia
para guardar en mi pecho
toda una vida entera...
Y abuela poder hablarte
cuando amanecieran tristezas.
Cuando te llevaron lejos,
no fue una tarde cualquiera.
se mizo noche, miré al cielo
y te vi dulce, serena
contándome cuentos buenos
de tu mejor sementera...
y prestándome tu pañuelo
cuando lágrimas muy enteras
eran rezo hacia tus rezos.
Ramos de mil lunas, verso
de las lunas llenas.
libertad.