LA SORPRESA.. SUSTO (Verídico)
------------------
Antes de contaros esa sorpresa-susto, os diré, que al comienzo de los años 60, yo viajaba como Comercial por diferentes pueblos de Andalucía, donde la modernidad y la higiene en nuestros servicios públicos, aún se resistía en llegar a estos pequeños pueblos, por una razón sencilla: La mayoría de ellos, no contaban con abastecimiento público de agua en sus domicilios. Esta circunstancia, retrasaba en gran manera, el dotar a nuestras casas con un buen cuarto de baño y como es natural, en iguales circunstancias se encontraban la mayoría de las fondas, pensiones y bares, insisto en unas condiciones muy precarias, que arrastraban nuestros pueblos andaluces de aquellas fechas.
Muy raro era, que alguna de esas fondas, tuviera cuarto de baño y si lo había era común para todos los huéspedes; muchas de ellas, eran posadas que sólo disponían después de las cuadras, de unos enormes corrales, donde vaciaban el estiércol de los animales. Bueno, pues al final de esos corrales había una rústica caseta de dos metros de largo por uno y medio de ancho, a la que se accedía mediante cuatro escalones de subida, el último de meseta e inmediatamente, una puerta muy deteriorada imposible de cerrar al completo, que anunciaba “Retrete”, dentro, un pollo de obra de metro y medio de anchura por un metro de fondo, una altura de 55 cts., con un agujero redondo en el centro, con caída libre a los diferentes estiércoles existentes en el patio. Todo ello de secano; ni agua, ni papel de ninguna clase. En algunas, lo ponían de periódicos. Esto era malo, pero visitaba un pueblo, que no quiero decir su nombre, que la fonda era Bar, y el W. C., era el del Bar. Bueno, yo pasaba de
él, cogía el coche y me salía a la carretera; como en aquellas fechas la circulación de automóviles en las zonas rurales era escasísima, aparcaba en sitio adecuado, me subía por un terraplén a la parte alta de alguna finca y bajo un olivo, hacía lo que nadie podía hacer por mí. Perdón por la explicación. Y ahora viene la SORPRESA-SUSTO: Esto fue en un pueblo de la provincia de Cádiz,
población con mayor número de habitantes, notándose efectivamente su abastecimiento público de agua. La fonda no estaba mal, era un poco más
confortable, cuarto de baño común, aunque incompleto ya que sólo disponía de lavabo, y plato-ducha, faltaba el Water. ¿Y donde estaba? Primero aclaro que en esta pensión la limpieza era excelente, por ahí vamos bien. Ahora explico la ubicación del inodoro: Un corto pasillo de aproximadamente un metro de anchura, al final, una puerta abriendo hacia ti, por lo del espacio; en el recinto sólo había un Roca blanco, limpio, con tapa y cisterna alta; superficie: Un metro cuadrado; no había más espacio. Del centro del techo, colgaba un generoso cable con un simple portalámparas y bombilla. Abro la puerta, enciendo la luz, entro, y echo el cerrojillo; no me dió tiempo a otra cosa; al levantar la tapa, tras el roca, como movido por un resorte, saltó un enorme gato negro, todo erizado que al dispararse contra la puerta cerrada, y en medio de varios desesperantes aullidos, en un volumen ensordecedor, cayó al water, se salió, intentó subirse hacia la cisterna, en su impulso de rechazo por encima de mi cabeza, tropezó con el cable que colgaba del techo, la bombilla comenzó a balancearse de un lado a otro en el reducido espacio. No creo que esto durara más de 8 segundos, pero fue tal la sorpresa revestida de un enorme susto, que mi cuerpo se contrajo como su hubiese metido mis dedos en un enchufe eléctrico, y no acertaba a abrir el cerrojillo, mientras me apartaba de los trompazos del gato. Por fin logré abrir la puerta y ambos salimos disparados de aquella ratonera. La reacción de mi organismo fue contraria a la que iba. Tuve una paralización intestinal durante varios días, debido al suceso ocurrido en aquel reducido espacio, encerrado con el puñetero gato. Por lo cual, creo que esta vivencia sin lugar a dudas, la he considerado como una “SORPRESA-SUSTO”.
ÉPOCAS VIVIDAS
Y Una Sorpresa-Susto.
------------------
Antes de contaros esa sorpresa-susto, os diré, que al comienzo de los años 60, yo viajaba como Comercial por diferentes pueblos de Andalucía, donde la modernidad y la higiene en nuestros servicios públicos, aún se resistía en llegar a estos pequeños pueblos, por una razón sencilla: La mayoría de ellos, no contaban con abastecimiento público de agua en sus domicilios. Esta circunstancia, retrasaba en gran manera, el dotar a nuestras casas con un buen cuarto de baño y como es natural, en iguales circunstancias se encontraban la mayoría de las fondas, pensiones y bares, insisto en unas condiciones muy precarias, que arrastraban nuestros pueblos andaluces de aquellas fechas.
Muy raro era, que alguna de esas fondas, tuviera cuarto de baño y si lo había era común para todos los huéspedes; muchas de ellas, eran posadas que sólo disponían después de las cuadras, de unos enormes corrales, donde vaciaban el estiércol de los animales. Bueno, pues al final de esos corrales había una rústica caseta de dos metros de largo por uno y medio de ancho, a la que se accedía mediante cuatro escalones de subida, el último de meseta e inmediatamente, una puerta muy deteriorada imposible de cerrar al completo, que anunciaba “Retrete”, dentro, un pollo de obra de metro y medio de anchura por un metro de fondo, una altura de 55 cts., con un agujero redondo en el centro, con caída libre a los diferentes estiércoles existentes en el patio. Todo ello de secano; ni agua, ni papel de ninguna clase. En algunas, lo ponían de periódicos. Esto era malo, pero visitaba un pueblo, que no quiero decir su nombre, que la fonda era Bar, y el W. C., era el del Bar. Bueno, yo pasaba de
él, cogía el coche y me salía a la carretera; como en aquellas fechas la circulación de automóviles en las zonas rurales era escasísima, aparcaba en sitio adecuado, me subía por un terraplén a la parte alta de alguna finca y bajo un olivo, hacía lo que nadie podía hacer por mí. Perdón por la explicación. Y ahora viene la SORPRESA-SUSTO: Esto fue en un pueblo de la provincia de Cádiz,
población con mayor número de habitantes, notándose efectivamente su abastecimiento público de agua. La fonda no estaba mal, era un poco más
confortable, cuarto de baño común, aunque incompleto ya que sólo disponía de lavabo, y plato-ducha, faltaba el Water. ¿Y donde estaba? Primero aclaro que en esta pensión la limpieza era excelente, por ahí vamos bien. Ahora explico la ubicación del inodoro: Un corto pasillo de aproximadamente un metro de anchura, al final, una puerta abriendo hacia ti, por lo del espacio; en el recinto sólo había un Roca blanco, limpio, con tapa y cisterna alta; superficie: Un metro cuadrado; no había más espacio. Del centro del techo, colgaba un generoso cable con un simple portalámparas y bombilla. Abro la puerta, enciendo la luz, entro, y echo el cerrojillo; no me dió tiempo a otra cosa; al levantar la tapa, tras el roca, como movido por un resorte, saltó un enorme gato negro, todo erizado que al dispararse contra la puerta cerrada, y en medio de varios desesperantes aullidos, en un volumen ensordecedor, cayó al water, se salió, intentó subirse hacia la cisterna, en su impulso de rechazo por encima de mi cabeza, tropezó con el cable que colgaba del techo, la bombilla comenzó a balancearse de un lado a otro en el reducido espacio. No creo que esto durara más de 8 segundos, pero fue tal la sorpresa revestida de un enorme susto, que mi cuerpo se contrajo como su hubiese metido mis dedos en un enchufe eléctrico, y no acertaba a abrir el cerrojillo, mientras me apartaba de los trompazos del gato. Por fin logré abrir la puerta y ambos salimos disparados de aquella ratonera. La reacción de mi organismo fue contraria a la que iba. Tuve una paralización intestinal durante varios días, debido al suceso ocurrido en aquel reducido espacio, encerrado con el puñetero gato. Por lo cual, creo que esta vivencia sin lugar a dudas, la he considerado como una “SORPRESA-SUSTO”.
ÉPOCAS VIVIDAS
Y Una Sorpresa-Susto.
Andaba yo un día, metido, en la cocina, lugar en el que solía escribir, por que la ventana daba al patio, y mas luz que la habitación. Y bien tecuerdo, que escribía una historia muy dramatica, sobre una señora que presencíe en un super, con un niño en brazos; tiritando de frío: Creo la tengo en alguna parte.
Pues bién: El susto. Sucedió en una de estas veces en que sales, o interrumpes un largo soliloquio, en el que te llevas la parte trasera del bolí a la boca escarbando recuerdos... cuando, en el trastero, cubierto con una cortina, esta se mueve lentamente, asoma la manga de un gersey, contempla lo inesplicable en segundos, que son los suficientes, para sacar el trasero de la silla y darse un buen susto: se rtratada de el gesey que me ponía cuando guisaba. (para el que no lo sepa, en la emigración se aprende a esto entre otras cosas) y que había colgado de la escoba.
contado así, no caisa la misma impresión que en el mas completo silencio, veas como se mueve una cortina en el cuarto de los trastos.
Saludos.
Pues bién: El susto. Sucedió en una de estas veces en que sales, o interrumpes un largo soliloquio, en el que te llevas la parte trasera del bolí a la boca escarbando recuerdos... cuando, en el trastero, cubierto con una cortina, esta se mueve lentamente, asoma la manga de un gersey, contempla lo inesplicable en segundos, que son los suficientes, para sacar el trasero de la silla y darse un buen susto: se rtratada de el gesey que me ponía cuando guisaba. (para el que no lo sepa, en la emigración se aprende a esto entre otras cosas) y que había colgado de la escoba.
contado así, no caisa la misma impresión que en el mas completo silencio, veas como se mueve una cortina en el cuarto de los trastos.
Saludos.