divertimento...

divertimento
Mamá se situó detrás de la mesita y colocó el florero y papá lo quitó. Mamá insistió de nuevo y allí que dó el florero, sobre el piano, amplio como un paraguas. Entonces fué cuando pedí que acabasende una vez, que estaba proxima la hora y a ver si así, son tanto ir y venir, los iba a pillar en la sala. Por fin mamá terminó por largarse y supongo que fué a lavar los platos de la cena. Ya eran las doce y, fuera en el patio, no se oía ni el mas leve rumor, ni siquiera el del viento rozando las hojas de los naranjos. Era una noche realmente hermosa
y tibia pero tambien misteriosa, y cuando papá termino por irse, yo abrí el piano y comencé a teclear así al tun tun, algo de teleman o de Mozart no recuerdo bien, pero si una música significativa en todo caso.
yo estaba inquieta, pero no temblaba ni dejaba que mis nervios me llevasen del todo, Me sentía un poco triste recordando tonterias de mi niñez, cosas de mujeres, de carritos de compra y vestiditos de ceda y percal y otros recuerdos parecidos, lo que menos me inquietaba era la hora y el asunto de las cinco maletas que serían dificiles de llevar con sólo nuestras cuatro manos.