Por fin termina la escuela....

Por fin termina la escuela.

Nos ha dicho el maestro que para el lunes vayamos preparados para hacer limpieza de la clase, que la escuela ya ha terminado; los exámenes, bueno no les damos una excesiva importancia, (todos hemos aprovechado muy bien el curso, dijo muy serio el maestro) y por tanto las notas, (todos aprobados) pues no son cosa seria y menos para gente de nuestra edad (8-9) años). Para todos los chavales del pueblo, entre los 6 y los 14, la escuela es algo obligado y por tanto odiado. Significa disciplina y obediencia, horarios, comportamiento, esfuerzo y, bueno todo esto durante el invierno se lleva, pero cuando llega el buen tiempo, eso es otra cosa.
Aquí los pequeños vieron terminados sus días de libertad cuando al cumplir los 6 les enviaron a la escuela, un mundo tan diferente y con el que los venían amenazando tiempo ya, como uno de los males y castigos para el futuro y que en los primeros momentos pensaron que eran reales, después, las cosas fueron cambiando y fue una diversión.
El momento de ir a la escuela era en aquel tiempo el día siguiente al sexto cumpleaños, (cambio trágico, ayer fiesta con cuelga incluida, y hoy, a la escuela, con lo malo que eso ha de ser, y sobre todo si no tienes hermanos mayores que te arropen y libren de los golpes que se pierden por el aire), que entonces era costumbre que se perdieran con demasiada frecuencia, y las advertencias de la madre, cuida de la pizarra que no la rompas y el pizarrín que lo llevas todo en la bolsa, no lo pierdas, y pórtate bien y y y, y realmente era el primer calentamiento que llevaría tu pequeña cabeza. También a esto te acostumbraba la escuela en aquel tiempo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola Rogelio.
Has tocado el tema de la escuela plasmando lo que vivímos muchos de nosotros, hombres y mujeres de hoy, niños y niñas de los años 50. Lo que tu madre decía,
también la mía coreaba día trás día. Aquella escuela en la que entrabamos al cumplir los 6 años con un guardapolvo blanco y una sillita de madera y mimbre.
Aquella escuela que daba leche en polvo y queso amarillo de bola, todo ello enviado sabe Dios de que parte. Y aquellas reglas que golpeaban la punta de los dedos si las uñas ... (ver texto completo)