Te contradices: Si dices que es un absurdo demostrar...

Te contradices: Si dices que es un absurdo demostrar lo inexistente, no tienes base para negar la existencia de Dios. Tú necesitas ver para creer y así siempre irás dando palos de ciego. Tu postura sí que es inconsecuente, porque la realidad del Creador es tan evidente, que negarlo es una aberración mental y una evidente arrogancia de un ego con palpables muestras de protagonismo.
La idea de Dios es un fuego esplendoroso que arde en el corazón de muchos. Es una llama cuyo calor caldea el Alma. Las diatribas de aquellos que sólo pretenden crear confusión con sus profundas dudas y sus peregrinos razonamientos son inoperantes, porque la fe es mucho más importante que el engreido razonamiento científico, siempre viciado por las fobias personales hacia los arquetipos frustrados, de nula ejemplaridad. Se dijo que no debían pagar justos por pecadores. Por tanto, la inquina personalizada contra un clero alejado del modelo propuesto por el Cristo, no justifica el ser ateo, porque no puede el hombre renegar de su condición divina, como un pequeño trocito del Padre Profundo, que es.
No importa lo que cada cuál haya adorado en las diversas èpocas, dirigido por el nivel determinado de su evolución espiritual y de conciencia. Al fin y al cabo, las experiencias vividas en los diversos lugares de aprendizaje durante reencarnaciones sucesivas, van logrando afianzar en el Yo de muchos el divino concepto de una Paternidad trascendente que va desde el Cielo a la Tierra. A la postre, el Sol es la morada de los Genios Solares, que son iluminados por los Seres Crísticos a los que llega la iluminación de la Esencia Suprema. Eso, sólo se puede comprender cuando se posee la Gnosis, que no está al alcance de cualquiera por muy ilustrado que se considere. No se trata de milagros y adoraciones, creados con frecuencia para manipular voluntades, sino de una íntima devoción que, el sordo que niega la Divinidad, rechaza presuntuosamente, sin apercibirse de que su ceguera sin sentido le impulsa a apagar la débil lucecita que pugna por brillar dentro de sí. ¡Qué atrevida es la ignorancia! Los hay que piensan ser los más clarividentes de la Creación, cuando en realidad están muy próximos al proceso larvario. No por la música y letra se es mejor Maestro.
El hombre es un esclavo de sus inventos, porque posee, entre otros, dos destacados pecados: la soberbia y el egoísmo. Mientras no consiga desprenderse de ellos será siempre un pobre animal de dos patas, poco cerebro y escaso conocimiento. Sí, aún estamos en esas después de tanto tiempo transcurrido.