AQUELLA CIUDAD TAN CONTAMINADA DE HUMO
Aquella ciudad tan contaminada de humo, tenía en aquel momento con los pueblos limítrofes seis millones de personas, el aire parecía que se masticaba, su centro neurálgico era una chimenea, las fechas del otoño la hacían mucho más grande su contaminación, que aumentaba día a día, acarreando ingresos en hospitales, por la falta de oxigeno para las personas, había coches que no sabían cuando se tenían que cambiar sus filtros, y camiones y furgonetas, que eran una chimenea constante, además de algún vehículo del municipio o del gobierno que circulaban con unos malos humos, que provocaban indignación. Todo aquello parecía ser normal, ya que causaría la muerte de muchos fumadores, y de otras personas mayores con los pulmones dañados, y a la vez serian bajas para la seguridad social. Los tanatorios trabajarían mucho mejor, con sus salas completas como años anteriores, por estas terribles fechas de la caída de las hojas de los árboles. Todo esto y mucho más sería la causa de tantos humos malos. Ya que las farmacias y laboratorios, aumentarían su venta de medicamentos, para las personas tocadas de bronquios. Existían ciertos grupos de personas y periodistas, que no veían del todo mal, aquel estado de contaminación en las calles de tan hermosa ciudad. Y sobre los comunicadores de televisión y radio, se vertían criticas cuando hablaban de dicho problema, era como queriendo ocultar algo demasiado grave, para que la ciudadanía no supiera que enfermedades, podían acarrear dichos malos humos. Las personas de la ciudad se daban cuenta en la distancia de tan penoso presente, aunque trataban de callar el picor en los ojos, que les producía aquellos malos humos. Aunque de pronto una concejala viendo el color del aire, intento ponerle freno a tal situación, los medios de locomoción empezaron a sentir su mal rollo, aunque no solo ellos no querían ser condenados a circular contaminando. Las gasolineras levantaron la voz diciendo que les querían arruinar, los mecánicos y talleres de chapa, soltaron sus mandíbulas diciendo que esto podía ser su ruina, todo parecía ir contra la concejala, y ella no parecía estar dispuesta a dejar morir muchas más personas, por tan maldita ola de estancamiento en la atmosfera. Intento poner remedio a lo que años atrás nunca se puso, la mayoría de las personas aceptaron de buen grado sus instrucciones, aunque siempre el listillo de turno se quería pasar de listo, sin querer respetar los derechos del resto de la ciudadanía, Eran momentos duros, donde la razón tenía que abrirse camino, y se ve que cuando existen tantos intereses, algunas personas prefieren que haya muertos, con tal de ganar su dinero, aunque sea a costa de tener que vender cajas de muerto. La ciudad se despertaba con esa brisa boina, que algunos llaman la cascara de la muerte, todo el ambiente se notaba sobre los vehículos, que sobre su pintura, se quedaba un polvillo de ceniza suave, sobre los que estaban estacionados en las calles, y que al pasar el dedo sobre la chapa, era ceniza pura, que a veces con la brisa de la mañana, hacía chorretes sobre cristales y demás chapas del automóvil. Aquella hermosa ciudad, iba tomando conciencia de lo que en el aire flotaba, tratando de poner remedio a sus grandes males, ya que sus zonas de lujo, alejadas del centro, podían resistir aquella embestida de los maléficos humos. Un conductor de furgoneta decía, El aire huele a podrido, y esta negro mi sudor, me parece verme herido con tanta contaminación… Estos humos invernales que van haciendo camino, son sucios y no normales y no tienen son divino… La salud vamos perdiendo con brisas contaminadas, y el corazón va sintiendo las horas más delicadas… Brisas que llegan sin prisas en las noches alocadas, que nadie las ve sonrisas y parecen dislocadas… Contaminados los vientos que apenas se van notando, más se notan sufrimientos por lo que vamos pasando… Entre las luces brillantes el aire se nota raro, los humos siguen constantes con su marcha de descaro… Suenan las voces de alerta en los más penosos barrios un joven dice despierta son humos estrafalarios.... G X Cantalapiedra.
Aquella ciudad tan contaminada de humo, tenía en aquel momento con los pueblos limítrofes seis millones de personas, el aire parecía que se masticaba, su centro neurálgico era una chimenea, las fechas del otoño la hacían mucho más grande su contaminación, que aumentaba día a día, acarreando ingresos en hospitales, por la falta de oxigeno para las personas, había coches que no sabían cuando se tenían que cambiar sus filtros, y camiones y furgonetas, que eran una chimenea constante, además de algún vehículo del municipio o del gobierno que circulaban con unos malos humos, que provocaban indignación. Todo aquello parecía ser normal, ya que causaría la muerte de muchos fumadores, y de otras personas mayores con los pulmones dañados, y a la vez serian bajas para la seguridad social. Los tanatorios trabajarían mucho mejor, con sus salas completas como años anteriores, por estas terribles fechas de la caída de las hojas de los árboles. Todo esto y mucho más sería la causa de tantos humos malos. Ya que las farmacias y laboratorios, aumentarían su venta de medicamentos, para las personas tocadas de bronquios. Existían ciertos grupos de personas y periodistas, que no veían del todo mal, aquel estado de contaminación en las calles de tan hermosa ciudad. Y sobre los comunicadores de televisión y radio, se vertían criticas cuando hablaban de dicho problema, era como queriendo ocultar algo demasiado grave, para que la ciudadanía no supiera que enfermedades, podían acarrear dichos malos humos. Las personas de la ciudad se daban cuenta en la distancia de tan penoso presente, aunque trataban de callar el picor en los ojos, que les producía aquellos malos humos. Aunque de pronto una concejala viendo el color del aire, intento ponerle freno a tal situación, los medios de locomoción empezaron a sentir su mal rollo, aunque no solo ellos no querían ser condenados a circular contaminando. Las gasolineras levantaron la voz diciendo que les querían arruinar, los mecánicos y talleres de chapa, soltaron sus mandíbulas diciendo que esto podía ser su ruina, todo parecía ir contra la concejala, y ella no parecía estar dispuesta a dejar morir muchas más personas, por tan maldita ola de estancamiento en la atmosfera. Intento poner remedio a lo que años atrás nunca se puso, la mayoría de las personas aceptaron de buen grado sus instrucciones, aunque siempre el listillo de turno se quería pasar de listo, sin querer respetar los derechos del resto de la ciudadanía, Eran momentos duros, donde la razón tenía que abrirse camino, y se ve que cuando existen tantos intereses, algunas personas prefieren que haya muertos, con tal de ganar su dinero, aunque sea a costa de tener que vender cajas de muerto. La ciudad se despertaba con esa brisa boina, que algunos llaman la cascara de la muerte, todo el ambiente se notaba sobre los vehículos, que sobre su pintura, se quedaba un polvillo de ceniza suave, sobre los que estaban estacionados en las calles, y que al pasar el dedo sobre la chapa, era ceniza pura, que a veces con la brisa de la mañana, hacía chorretes sobre cristales y demás chapas del automóvil. Aquella hermosa ciudad, iba tomando conciencia de lo que en el aire flotaba, tratando de poner remedio a sus grandes males, ya que sus zonas de lujo, alejadas del centro, podían resistir aquella embestida de los maléficos humos. Un conductor de furgoneta decía, El aire huele a podrido, y esta negro mi sudor, me parece verme herido con tanta contaminación… Estos humos invernales que van haciendo camino, son sucios y no normales y no tienen son divino… La salud vamos perdiendo con brisas contaminadas, y el corazón va sintiendo las horas más delicadas… Brisas que llegan sin prisas en las noches alocadas, que nadie las ve sonrisas y parecen dislocadas… Contaminados los vientos que apenas se van notando, más se notan sufrimientos por lo que vamos pasando… Entre las luces brillantes el aire se nota raro, los humos siguen constantes con su marcha de descaro… Suenan las voces de alerta en los más penosos barrios un joven dice despierta son humos estrafalarios.... G X Cantalapiedra.